Dos años sin Verónica Forqué: la muerte que ayudó a cambiar el discurso de la salud mental

Un día como hoy, 13 de diciembre (2021), la actriz Verónica Forqué fue encontrada muerta en su casa del barrio madrileño de Chamartín por Minuca, la señora de origen nepalí encargada del servicio. Se había quitado la vida. La noticia conmocionó al mundo de la cultura y causó especial estupor en la sociedad que, de algún modo, se empeñó en buscar un culpable o una causa concreta.

Dos años después, se puede decir que su suicidio ayudó a romper el tabú de la salud mental y a dar continuidad a un discurso muy presente en la sociedad después de la pandemia. Forqué había admitido en varias ocasiones que se encontraba mal. De hecho, abandonó su concurso en Masterchef, programa que se convirtió en diana inesperada por las burlas que recibía a causa de sus comportamientos un tanto extravagantes.

Forqué arrastraba una depresión y la causa de su fallecimiento, el suicidio, es ya la primera causa de muerte no natural en Europa. Especular o interpretar sobre ello, según informó entonces la comunidad de psiquiatras desde diferentes frentes, es un salto al vacío peligroso.

Cerró el círculo

Su fallecimiento dejó huérfana a su única hija, María Iborra. La joven, que se define aún más transgresora que su madre, ha protagonizado durante estos dos años varias performances muy polémicas. Pocos días después redactó una desgarradora "carta de amor" poniendo en valor su última voluntad: "Hay que respetar su decisión. A ella lo que le gustaba era ayudar y aquí su misión había acabado. La siento ocupada ayudando a mucha gente ahora mismo, porque es un ángel". Entendió que el momento de su madre había llegado y confirmó que no se trataba de un acto impulsivo, sino reflexivo y motivado por su enfermedad: "el círculo se había cerrado", escribió en esta misiva.

Antes de MasterChef, ya confesó que estaba cansada de los Goya, que estaba en un momento muy difícil, que no aguantaba la presión y tal vez ni siquiera a sí misma. Pudo haber un detonante, pero lo que estaba latente en su mente era una depresión. Desde entonces, los compañeros la recuerdan constantemente con cariño y admiración. Hoy será un día especial para rendirle de nuevo homenaje, especialmente en los jardines que llevan su nombre, en su barrio de Chamartín.