El espejo del alma
Aurah, conmoción por los estragos del hambre
De la dureza de la isla, inmisericorde con los concursantes de «Supervivientes», solo se salvan los rellenos, lo único que ni el hambre más atroz puede adelgazar
La canaria Aurah Ruiz, concursante de «Supervivientes», se hizo un lugar en el olimpo de las celebridades gracias a una relación con Kiko Rivera, tan fugaz como su papel en el documental «Así soy yo», protagonizado por el artista. A partir de este dato, es interesante analizar conjuntamente su conversión física y televisiva, moldeándose a sí misma de acuerdo con su personalidad, tendente a la abundancia. Lo intuimos cuando empezó a desfilar por diferentes platós lamentando la supuesta traición del hijo de Isabel Pantoja con Irene Rosales.
Su espléndido físico no pasaba inadvertido y pronto apareció como pretendienta en «Mujeres y Hombres y Viceversa». Allí conoció a Ángel Vico, con el que protagonizó otro aparatoso psicodrama con petición matrimonial incluida, además de las acostumbradas trifulcas. En 2016 inició una relación con su paisano Jesé Rodríguez, futbolista de élite. Ella, en modo mantis religiosa, acabó eclipsándole al anunciar su primer hijo en común justo cuando la ex de Jesé daba a luz. Llegaron las crisis, las idas y venidas de la pareja y el cruce de acusaciones por la enfermedad de su hijo Nyan. Su polémico paso por «GH VIP» la encumbró televisivamente. Y entre broncas y contratos, fue forjando su figura hasta llegar a una metamorfosis física que, basándonos en las imágenes que nos llegan desde Honduras, alguien podría pensar que roza lo grotesco. Pómulos exageradamente prominentes e hinchados con litros de ácido hialurónico, labios de silicona, maquillaje íntegro tatuado y pestañas postizas, además de liposucciones.
Se sometió a una de cadera y se inyectó parte de la grasa extraída en los glúteos, dándoles así una forma más prominente. También se ha retocado, y más de una vez, sus «bobies». Quería presumir de pecho operado y lo hizo: «Las tengo bien puestas, muy arriba y no se mueven», contó en televisión. Pero le han dado más de un dolor de cabeza. Tuvo que ser intervenida de urgencia por el mal estado de sus prótesis, descatalogadas además como posibles causantes de cáncer de mama. Pero decidió aumentar de nuevo su tamaño y el resultado, ahora que ha perdido peso en el concurso, son unos rellenos que acentúan su carácter peleón. Eso sí, a valiente no hay quien la gane.
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