Opinión

El diario de Amilibia: Mariló Montero, profeta en su tierra

"Feijóo debería contratarla como meiga/vidente"

Marilo Montero con vestido boho.
Marilo Montero con vestido boho.Gtres

Antes, mucho antes, del estremecimiento nacional e internacional por el beso de Rubiales a Jenni Hermoso, Mariló Montero le dijo a Javier Menéndez Flores en este periódico que me da de merendar: «¿Por qué motivo Elena Sánchez, directora de TVE, cuando recibía en esa cadena a los protagonistas del debate electoral, a los hombres les estrechaba la mano y a las mujeres les daba dos besos? Nos sigue minusvalorando el que se reciba con dos besos a una mujer. En política y en las relaciones internacionales deben desaparecer los besos a las mujeres. Besos fuera. Los buscamos en nuestras parejas y familias, pero las mujeres no queremos besos institucionales». Lo dijo el 8 de agosto. Primero: hay que reconocer la virtud profética de Mariló. Feijóo debería contratarla como meiga/vidente.

 El presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, durante su intervención en la Asamblea General de dicho organismo en la que ha anunciado que no dimitirá de su cargo tras la polémica por el beso que dio a la futbolista Jenni Hermoso al ganar el Mundial femenino, que ha definió como "espontáneo, mutuo, eufórico y consentido" aunque ha pedido disculpas "por el contexto en el que se produjo".. EFE/ RFEF/SOLO USO EDITORIAL/SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO)
El presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, durante su intervención en la Asamblea General de dicho organismo en la que ha anunciado que no dimitirá de su cargo tras la polémica por el beso que dio a la futbolista Jenni Hermoso al ganar el Mundial femenino, que ha definió como "espontáneo, mutuo, eufórico y consentido" aunque ha pedido disculpas "por el contexto en el que se produjo".. EFE/ RFEF/SOLO USO EDITORIAL/SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO)RFEFAgencia EFE

Dicen las malas lenguas que Pablo Iglesias hoy ya no querría fustigarla hasta la sangre, sino estrechar su mano con delicadeza e incluso con una ligera inclinación de cabeza y la promesa de apartarla de sus fantasías sexuales. Pero, ¿qué es un beso institucional? ¿Considera Mariló que los vehementes besos que la eufórica y apasionada Yoli le propina al presi Sánchez en el Congreso son institucionales o un arrebato propio del frenesí de la erótica del poder? ¿Eliminamos también los abrazos institucionales? ¿Y en qué se queda el Congreso sin besos y abrazos, sin la estampa de la algarabía enardecida de las celebraciones que tanto humaniza a sus señorías? En una tribu de Malawi los hombres se saludan estrechando el pene del otro y las mujeres, pellizcando a la otra los pezones.

Imagínate, Mariló, qué parlamento tendrán tan divertido. Pero besos institucionales, no.