
Opinión
El diario de Amilibia: ¡Viva San Valentín!
"El espíritu de San Valentín tocó sus corazones y la vicetiple, pegadita a su Apolo, le regaló un libro que era delicada metáfora de un beso con lengua a la gallega. No era «El Libro del Buen Amor», sino uno sobre la malvada burocracia, pero qué más da"

Sí, ya sé que el titular parece un anuncio del Corte Inglés, pero qué quieren ustedes: estoy convencido de que la imagen de ayer es ideal, perfecta a la par que tierna, para el día de hoy, San Valentín, Día de los Enamorados, cuando ellas les regalan viagra a ellos, y ellos «Satisfyer» a ellas. No se asombren; he leído que están de moda los regalos erótico/festivos en estas fechas. La imagen, ay la imagen, es la del Apolo de la Moncloa y la Yoli, mostrando a España entera su armonía total, su feliz y amorosa relación, entre risas cascabeleras, chanzas y los tocamientos habituales de la vicetiple al dios de su vida. Primero fue Pablo Iglesias, que la ascendió a los cielos del poder y la gloria; luego, ya en el olimpo, lo sustituyó por el Apolo, ese dechado de belleza que, en el cuerpo a cuerpo, siempre le ganará a Pablo.

Ahora que la Yoli está sin pareja, brota la imagen de su compromiso más fiel precisamente cuando la derechona se frotaba las manos por la aparente guerra entre Sumar y el PSOE, o sea, entre ella y Él. La Yoli organizará todas las guerras que quiera, antes y después de los Consejos de Ministros, pero una vicepresidencia es una vicepresidencia, se pongan como se pongan Marx y las emotivas lágrimas rojas de los Goya, ruina de maquillajes. Marisú estaba con gripe y la Yoli, rápida como un guepardo, se lanzó a ocupar su escaño para ofrecer, generosa, la foto idílica del día. El espíritu de San Valentín tocó sus corazones y la vicetiple, pegadita a su Apolo, le regaló un libro que era delicada metáfora de un beso con lengua a la gallega. No era «El Libro del Buen Amor», sino uno sobre la malvada burocracia, pero qué más da.
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