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Dos bodas dispares y un mismo novio: Cayetano de Alba
Han pasado dos décadas desde que la duquesa de Alba «favoreció» la boda del duque con Genoveva Casanova con dos niños por medio
Para Cayetano Martínez de Irujo esta es su segunda boda. La primera fue con Genoveva Casanova en octubre de 2005, en Sevilla. Los casó el sacerdote íntimo de la familia Alba, Ignacio Sánchez Dalp, que también oficiará el segundo compromiso. Bárbara y Cayetano recibirán el sacramento del matrimonio porque en su día tuvo la anulación. Gracias a esta iniciativa que partió de Genoveva, ahora la iglesia de los Gitanos será el marco para el sí quiero del duque de Arjona.
Genoveva fue la que inició los trámites en el Tribunal de la Rota con la idea de poder casarse por la Iglesia. En aquellas fechas, ella tenía una relación estable y aparentemente duradera con el que fuera ministro de Justicia, José María Michavila. Era una historia sentimental con final feliz que pasaba por el compromiso religioso. El político viudo y padre de cinco hijos así lo quería y Cayetano Martínez de Irujo no puso ningún impedimento.
El noviazgo no llegó a buen puerto y la pareja Michavila/Casanova no funcionó. Es el último novio conocido de la influencer. La diferencia entre la nueva condesa de Salvatierra y la exesposa, además de los treinta y tres años que les distancia, se encuentra en el perfil público. Bárbara tiene un currículum potente y nunca ha querido protagonismo. Ha recibido ofertas de todo tipo para participar en reportajes de moda y en programas de televisión. Eligió un camino más rentable emocionalmente. Prefirió una intimidad que la prensa ha respetado. Genoveva sí ha tenido esa parcela pública participando en diversos realitys. También, ha sido la cara de firmas de joyería. Hace unas semanas puso tierra, o mejor dicho mar por medio. Vive en México, donde es propietaria de varios pisos en Polanco, uno de los barrios más elitistas y seguros de DF. No queda lejos la polémica por las fotos con Federico de Dinamarca.
Dos bodas muy diferentes
Vayamos por las diferencias entre la boda de hoy y la que se celebró el 15 de octubre de 2005. Una coincidencia de calendario con veinte años de diferencia. Esta vez, como así lo han confirmado desde el entorno de Cayetano, no habrá exclusiva y no se retirarán los móviles. En su primer enlace sí la hubo y la única que salió a las puertas del palacio sevillano de Dueñas fue la duquesa de Alba para agradecer a la prensa y a los ciudadanos. Este sábado no hará falta porque la pareja acudirá a cara descubierta a la iglesia de los Gitanos donde se celebra el matrimonio. El lugar elegido ha tenido mucho que ver con la relación tan profunda de Cayetana de Alba con esa Hermandad y con el propio templo. Si no hubiera sido por sus importantísimas contribuciones económicas espaciadas en el tiempo las rehabilitaciones habrían sido difíciles de asumir. De hecho, parte de sus cenizas están en el recinto. Su hijo y Bárbara le han rendido de esta manera un bonito homenaje.
Sigamos con las diferencias. Hace veinte años la jefa del clan Alba no habría permitido que los desencuentros fraternales fueran públicos. El conde de Salvatierra no tiene relación (como así me ha explicado en varias ocasiones) ni con Jacobo ni con Alfonso. Mientras el segundo sí ha acudido a la iglesia el primero envió una carta en la que informaba de que no podría asistir. Según me explicaba el duque la enemistad venía porque el hermano no se había portado bien cuando él puso en marcha la empresa Gourmet con el sello de Casa de Alba. Él quería ofrecer bajo esta marca carne y embutidos de su marca de ganado en Salamanca y no se llegó a un acuerdo. Una reconciliación imposible (por ahora). Más cosas. Quienes no participaron mucho de la ceremonia y en el posterior convite en 2005 fueron los mellizos Amina y Luis, que tenían entonces cinco años. Los pequeños se encargaron de llevar las arras. En el matrimonio de hoy serán hijos de amigos de ambos los que harán ese papel.
Orden de Cayetana
La boda de Cayetano y Genoveva fue una petición (orden) que les hizo la fallecida duquesa, ya que había niños por medio y no quería una relación sin formalizar. En esos primeros años de matrimonio, la influencer, el jinete y los niños vivieron en la finca Las Arroyuelas. Con el tiempo se trasladaron a Madrid. Cuando llegó la separación, el duque de Arjona vivió en el palacio de Liria hasta la muerte de su madre, meses después se mudó definitivamenete a su finca de Carmona, en Sevilla.
El lugar para el convite de hoy es precisamente este campo de Andalucía tan querido para el jinete. El almuerzo, cóctel y cena de la primera boda estuvo a cargo de Salvador Gallego, que fue durante años el encargado de organizar los menús en los palacios de Liria y Dueñas. Todos los días se reunía con la propietaria de los palacios para organizar la carta doméstica. Se jubiló hace un tiempo, pero mantiene buena relación con los miembros de la saga Alba. Todo en familia. Un novio para dos bodas con marcadas diferencias y pocas similitudes. La principal es la personalidad de Bárbara Mirjan que no quiere ser famosa y aguanta hoy estoica ser el foco de las miradas.