
¡Felicidades!
Enrique Iglesias cumple 50: el ídolo global que huyó de su apellido para forjar su imperio
Triunfó sin el respaldo de Julio Iglesias, construyó una vida blindada y hoy es una estrella global que nadie logra alcanzar

Era el menor, el callado, el que no parecía encajar en la perfección fotogénica de los hijos de Julio Iglesias e Isabel Preysler. Mientras Chábeli era la niña mimada y Julio José el más deportista, a Enrique -que cumple hoy 50 años- le quedó el papel del músico. Sin saberlo, los tres ocuparon una parcela emocional del imperio familiar. Pero Enrique no se conformó con un rincón: quiso construir un reinado propio. Y para eso, tuvo que romper con su padre.
Desde pequeño, Enrique sintió que lo suyo era la música. Su sueño era convertirse en una estrella como Julio Iglesias, pero no estaba dispuesto a lograrlo por la vía fácil. No le pidió ayuda. No usó el apellido. Ni siquiera le contó a su padre que iba a dedicarse a la música. Con 18 años, grabó su primera maqueta, financiada con 500 euros que le prestó "La Seño", la niñera que lo había criado. Así nació "Si tú te vas", y así empezó todo.
Enrique hace las maletas y se va de casa
Cuando Julio se enteró, la reacción fue explosiva. "¿Estás loco? ¿Por qué lo hiciste sin decirme nada?", le dijo por teléfono. "No vas a lograr nada sin mí". Enrique colgó, hizo las maletas y se fue de casa. Lo siguiente fue una de las carreras más exitosas de la música latina. Y también, una de las rupturas familiares más silenciadas.

Durante años, padre e hijo mantuvieron una relación marcada por el orgullo, la competencia y la distancia. "Mi padre quiere mucho a sus hijos, pero también quiere ser el número uno", explicaba Julio José. A Julio le costaba aceptar que el nuevo ídolo global fuera su hijo. Enrique acumulaba números uno en los Billboard mientras él quedaba relegado a la nostalgia. Lo admiraba, sí, pero también le dolía.

La reconciliación llegó, en parte, diez años después, con una escena simbólica: Enrique asistió como espectador a un concierto de su padre en Marbella. Él, desde el público, rendía tributo al maestro. Fue un gesto calculado, pero sincero. Una forma de tender la mano sin perder la independencia.
Hoy, a los 50, Enrique Iglesias es uno de los artistas españoles más exitosos del mundo… y también uno de los más herméticos. Vive con Anna Kournikova y sus tres hijos en una mansión de 19 millones de euros en Miami. Apenas concede entrevistas. No habla de su vida personal. Ni siquiera asistió a la boda de su hermana Tamara Falcó. Sus redes son escaparates profesionales. Su entorno, hermético. "Si él es reservado, no seré yo quien hable", repiten amigos y familiares.
A pesar de su fama, Enrique es un misterio. Un hombre que vivió toda su infancia bajo los focos y decidió apagarlos en cuanto pudo. Un artista que construyó su imperio a base de talento, orgullo y silencio. Y que hoy, medio siglo después de nacer en una de las familias más mediáticas de España, sigue siendo, quizás, el más desconocido de todos.
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