
Investigación
Exclusiva: Los negocios de Corinna. La empresa durmiente donde se sigue haciendo pasar por princesa
"Aunque Corinna adoptó el apellido Sayn-Wittgenstein y el tratamiento de princesa tras su breve matrimonio con el aristócrata alemán Casimir zu Sayn-Wittgenstein-Berleburg no ostenta oficialmente ese estatus"

Corinna Larsen, a quien va a demandar Don Juan Carlos, sigue haciendo lo de siempre, dedicándose a los negocios de alto nivel, pero con un perfil ultradiscreto. Por eso, rastrear su actividad mercantil es casi imposible. Pero hay alguna esquina. Audienzia Group Limited es una sociedad registrada en el Reino Unido, vinculada directamente a Larsen. Aunque la empresa se encuentra actualmente declarada como «dormant» –es decir, sin actividad comercial, pero con propiedades en su haber (tal vez la impresionante casa de campo de Cheyknell Hall Estate, en el condado rural de Shropshire, que lleva años tratatando vender y que ahora anuncia por diez millones de libras)–, continúa activa en el registro mercantil británico, con sede en Cardiff, Gales, a 30 kilómetros de donde han estudiado la Princesa Leonor y la Infanta Sofía. Según los documentos oficiales, Corinna Larsen fue nombrada directora el 18 de enero de 2025, apareciendo en el acta oficial con el título de Her Serene Highness Princess, un tratamiento que no cuenta con reconocimiento legal. Audienzia Group fue creada con un objeto social amplio: consultoría estratégica, relaciones institucionales y gestión de activos, en línea con el perfil profesional de Corinna.
Perfil bajo
Hace pocos meses, este medio la encontró en el restaurante del Hotel Emory, en Londres, en el barrio de Belgravia, donde la danesa tiene su residencia y donde estudia su hijo Alexander. Ella no ha cesado en su actividad social y profesional y opera con una visibilidad mucho más cuidada. Aunque tiene su residencia en Inglaterra, sigue operando en Mónaco, donde ha vivido durante una década.

Lo más llamativo, sin embargo, sigue siendo el uso del título nobiliario. Aunque Corinna adoptó el apellido Sayn-Wittgenstein y el tratamiento de princesa tras su breve matrimonio con el aristócrata alemán Casimir zu Sayn-Wittgenstein-Berleburg –del que se divorció en 2005–, no ostenta oficialmente ese estatus. Aun así, continúa presentándose así en contextos empresariales e institucionales, como lo demuestra su inscripción en Audienzia.
Mientras, Juan Carlos I ha demandado a Corinna desde Suiza tras años de acusaciones públicas y con el objetivo de recuperar los famosos 65 millones que la empresaria se quedó. Mientras, ella sigue operando como parte de una aristocracia global sin corona.
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