Polémica

Federico de Dinamarca informa que la reina Margarita mejora, en medio de críticas por su ausencia en el hospital

Mientras asegura que hay "buenas noticias" sobre la salud de la reina Margarita, el rey enfrenta una nueva oleada de críticas por asistir a un concierto de rock la misma noche del ingreso hospitalario de su madre. Y no es la primera vez.

La reina Margarita y su hijo el príncipe Federico de Dinamarca
La reina Margarita y su hijo el príncipe Federico de DinamarcaGtres

El rey Federico X ha querido enviar un mensaje de tranquilidad respecto al estado de salud de su madre, la reina Margarita, tras su reciente ingreso hospitalario. "Hasta ahora solo puedo decir buenas noticias", aseguró con brevedad -y sin entrar en detalles- durante un acto institucional recogido por Ekstra Bladet. Pero su escueta declaración no ha bastado para calmar las aguas en Dinamarca, donde las críticas hacia el monarca no dejan de crecer. ¿El motivo? Su aparición en un concierto de rock la misma noche en que su madre estaba hospitalizada.

La reina, de 85 años, preocupa. Su salud lleva meses generando titulares y especulaciones: frecuentes visitas al hospital, cancelaciones de última hora y, en este caso, una repentina ausencia de un evento oficial en la capital que terminó en ingreso médico. A pesar del habitual hermetismo que rodea al Palacio, se espera que pueda retomar su agenda oficial el próximo 22 de mayo, si su evolución lo permite.

Falta de compromiso

Mientras tanto, las miradas siguen puestas en Federico. El día del ingreso, el monarca visitó brevemente a su madre -llegó al hospital conduciendo su Porsche- y luego se dejó ver en un concierto, algo que no ha pasado desapercibido. La reina Mary, por su parte, no apareció por el hospital en ningún momento. Según el diario Ekstra Bladet, el comportamiento del rey "dice mucho": su rápida visita y posterior noche de música han sido interpretadas por muchos como falta de sensibilidad o, peor, de compromiso.

La Casa Real anunció el alta de Margarita con un comunicado sobrio: "Su Majestad se está recuperando y está de buen ánimo". Desde entonces, silencio absoluto. Solo roto por el comentario, casi al pasar, de su hijo. Y, claro, por la indignación en la prensa y la opinión pública.

No es la primera vez que el ahora monarca es blanco de críticas en situaciones similares. En septiembre pasado, cuando la reina fue ingresada tras una caída, Federico tampoco pareció demasiado alarmado. Entonces, dijo haber hablado con ella por teléfono. Estaba en un viaje privado. Nada que no hayamos visto antes.

El problema, según apuntan los medios daneses, no es solo la falta de empatía pública. Es la suma de gestos que, en tiempos donde la imagen lo es todo, hacen mella. Porque no se trata solo de estar -también hay que parecerlo.