Celebración familiar

Francisco Rivera y Lourdes Montes bautizan a su hijo Nicolás arropados por amigos y familiares

Un viernes luminoso en Triana devuelve a la familia Rivera su mejor versión entre tradiciones, reconciliaciones y mucha expectación mediática.

Lourdes Montes y Tana Rivera deslumbran en el bautizo de Nicolás.
Lourdes Montes y Tana Rivera deslumbran en el bautizo de Nicolás.GTRES

El viernes amaneció con un aire especial en el sevillano barrio de Triana. No era un día cualquiera para Francisco Rivera y Lourdes Montes, que celebraban el bautizo de su tercer hijo, Nicolás, en la iglesia de Santa Ana, el mismo templo que ya ha sido testigo de los sacramentos de sus hijos mayores. Una elección cargada de simbolismo y tradición para una pareja que vive a caballo entre la elegancia discreta y el foco inevitable del linaje Rivera.

A media mañana, el pequeño Nicolás hizo su primera aparición "oficial" ante las cámaras. En brazos de su madre, Lourdes, se mostró sereno, casi ajeno a la atención mediática que lo rodeaba. La diseñadora, radiante, ejerció de anfitriona mientras su hijo protagonizaba el que será el primero de muchos días especiales. A su lado, Tana Rivera -inseparable de su padre y cada vez más cómoda en los actos familiares- se desvivía en atenciones hacia su hermano menor.

Lourdes Montes y Fran Rivera
Lourdes Montes y Fran RiveraGtres

En un momento delicado para el clan Rivera, marcado en los últimos meses por los escándalos que han salpicado a Cayetano, este bautizo se convirtió en un refugio de armonía. Los primeros minutos estuvieron marcados por la incógnita: ¿aparecería Cayetano? Su ausencia inicial alimentó rumores, pero finalmente hizo su entrada, algo más tarde, en solitario y tras unas llamativas gafas de sol. Fue suficiente para zanjar especulaciones y reafirmar el mensaje de unidad familiar. Ya días atrás, en la despedida de Álvaro Domecq, los dos hermanos habían mostrado una cordialidad que hoy se hacía aún más visible.

Los padrinos también aportaron su cuota de interés. Lourdes eligió a una de sus mejores amigas para ejercer de madrina, un gesto íntimo y alejado del ruido público. Francisco, por su parte, designó como padrino al empresario José Luis López -El Turronero-, amigo personal y figura omnipresente en algunos de los momentos más significativos del torero. Una elección que confirma la estrecha relación entre ambos y que añadió cierta solemnidad, incluso un toque folclórico, al evento.

Cayetano Rivera, en el bautizo de su sobrino Nicolás
Cayetano Rivera, en el bautizo de su sobrino NicolásGtres

El ambiente en Santa Ana era el de las grandes citas familiares: sobrio, cálido, con un punto de expectación que se disolvía en abrazos y felicitaciones. Amigos cercanos, rostros habituales del círculo social sevillano y algunos familiares acudieron para acompañar a los Rivera en un día que se percibía como un soplo de normalidad en medio de la tormenta mediática que suele rodearlos.

Este bautizo en viernes -una fecha poco habitual- se convirtió en una declaración de intenciones: discreción, cercanía y un regreso a lo esencial. Una mañana luminosa que devolvió a la familia su mejor cara, recordando que, entre tradiciones, alianzas y tensiones pasajeras, lo que perdura es ese núcleo íntimo que hoy celebraba la llegada de Nicolás a la comunidad cristiana.