
Empresarios
Moncho Moreno o facturar (aliado con su mujer) 4 milones de euros en melenas
Con la top Berta Martín Sáinz ha creado una gama de cosmética capilar que se vende en Harrods

Con más de 30 años en el arte del peine y el estilismo, Moncho Moreno (Madrid, 1969) es un reputado peluquero que no solo ha trabajado con celebridades como Naty Abascal o Claudia Schiffer, sino que también es un empresario con más de 50 trabajadores y una firma con productos de venta en Harrods y en más de 600 farmacias. Un hombre que en los ochenta y cuando no existían perfiles en redes sociales se iba por la mañana a un desfile de Valentino en París y, al día siguiente, peinaba en La Moraleja a Rocío Jurado. En 1987 abrió su primer salón de belleza en la calle Lagasca y tenía todo el folclore español a sus pies. Ahora, lo tiempos cambian y sus marcas evolucionan levantando nuevos productos que giran alrededor de la cosmética capilar. Pero, ¿quién podría pensar que tras esa melena de éxito se encuentra en parte Berta, su socia, su mujer, musa y, sobre todo, su mayor aliada? El amor surgió en una sesión de fotos donde Berta Martín Sáinz (Madrid, 1985), modelo, y Moncho, el mago detrás del telón, se cruzaron. Si hubiera una lista de parejas que deben ser uno en la vida (tienen ya dos hijos: Luis y Fran) y en los negocios, ellos estarían en la cima. Tras la pandemia, decidieron lanzarse a la piscina y crear su propia línea de productos capilares.

«¿Y qué hicimos en plena cuarentena? ¡Lo que todo el mundo: decidir que era el momento perfecto para cumplir nuestros sueños!», detalla Berta con la complicidad de Moncho. El resultado: una gama de productos que no solo promete devolver la vida a esas melenas cansadas, sino que hace que los resultados sean tan evidentes que tus amigos empezarán a pensar que has estado bajo un hechizo. ¡Y lo mejor! A su producto estrella, «J’aime Bond», tuvo tanto éxito que literalmente se agotó en un abrir y cerrar de ojos. «¡Sálvame el acondicionador¡» se convirtió en el grito de guerra de muchas. Y lo que vino después fue aún más alucinante. Con un ingenioso sérum de crecimiento que prometía reforzar el cabello y dejarlo tan brillante como las estrellas, su aventura se transformó en una montaña rusa de pedidos y más pedidos. Hicieron una preventa de sus gominolas capilares sin ni siquiera revelar el secreto detrás de ellas, ¡y la gente hizo fila para comprarlas! La empresa ha facturado este ejercicio cuatro millones.

Moncho es un creativo sin límites. Más allá de las tijeras, es un amante de los vinilos y la cocina. Berta, por su parte, no puede estar quieta: el deporte es su forma de vida, y siempre está buscando nuevos lugares. De momento, se escapan siempre que pueden a su querido Mediterráneo desde Miami, donde se han asentado para conquistar Estados Unidos con su gama de productos de cosmética capilar.
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