
Los motivos
Jacobo Fitz-James y su ausencia en la boda de Cayetano: cartas, razones y heridas familiares
El conde de Siruela no estará presente en el enlace de su hermano con Bárbara Mirjan en Sevilla. Tres argumentos oficiales explican su decisión, aunque la sombra de los viejos desencuentros familiares vuelve a proyectarse sobre la Casa de Alba

Este sábado, Sevilla será escenario de uno de los acontecimientos sociales más esperados de la temporada: la boda de Cayetano Martínez de Irujo, duque de Arjona, con Bárbara Mirjan. La ceremonia religiosa tendrá lugar al mediodía en la iglesia del Cristo de los Gitanos y reunirá a buena parte de la aristocracia española, además de familiares y amigos íntimos. El novio llegará en coche de caballos junto a su hija Amina, que ejercerá de madrina, mientras que la novia lo hará acompañada de su padre y padrino en uno de los carruajes históricos de la Casa de Alba.

La jornada, que promete todo el sabor de las tradiciones sevillanas, contará con la presencia de los hermanos del novio… aunque no de todos. Jacobo Fitz-James Stuart, conde de Siruela, ha confirmado que no acudirá ni a la iglesia ni al convite posterior en la finca Las Arroyuelas, tal y como publica Paloma Barrientos, en exclusiva, en Vanitatis. Y lo ha hecho por escrito, enviando al Palacio de Liria una carta en la que explica, con detalle, las tres razones de su ausencia.
Tres motivos de peso
La primera de ellas apela a su trayectoria profesional: la editorial Atalanta, fundada en 2005, celebra el próximo 3 de octubre su vigésimo aniversario. Una fecha simbólica que coincide, además, con los 45 años de Jacobo como editor, desde que en 1980 publicara su primera obra, "La muerte del rey Artur". Para el conde, era ineludible dedicar estos días a conmemorar una vida entera entregada a los libros.
El segundo motivo tiene nombre propio: Inka Martín, su esposa. La artista acaba de recibir el prestigioso premio Aglay en Canarias, reconocimiento que la pareja ha querido acompañar de una campaña de promoción y encuentros con libreros. Jacobo considera que este compromiso es también una prioridad personal y profesional.
El tercer punto de la carta mira hacia Inglaterra. En esas mismas fechas, el conde y su mujer tienen programada una reunión con la Circular Bioeconomy Alliance, la iniciativa medioambiental impulsada por el rey Carlos III, en relación con el proyecto Airhon en Salamanca. Un viaje con vocación internacional que termina por hacer imposible su asistencia al enlace.
Aunque las explicaciones son claras, resulta difícil desligar esta ausencia de las tensiones que durante años han marcado la relación entre Cayetano y algunos de sus hermanos, especialmente Alfonso y el propio Jacobo. Tras la muerte de la duquesa de Alba, las diferencias en torno a la herencia y al papel que Cayetana de Alba otorgó a su hijo más temperamental en la gestión de ciertos negocios fueron motivo de desencuentros que, con el tiempo, se atenuaron, pero nunca llegaron a desaparecer del todo.
Aun así, esta boda parecía la ocasión perfecta para el reencuentro. Una oportunidad para cerrar heridas y brindar por el futuro de Cayetano y Bárbara, que tras casi una década de relación han decidido formalizar su historia de amor. Sin embargo, la silla vacía de Jacobo en la iglesia de los Gitanos recordará que la armonía total sigue siendo, en la Casa de Alba, un ideal difícil de alcanzar.
✕
Accede a tu cuenta para comentar