Entrevista
Jero García, el “Hermano mayor” de la tele, plasma en un libro su lucha contra el bullying escolar: “Gracias al deporte chavales desvariados ven un faro en su vida”
Debuta como escritor con 'Cola de lagartija', una conmovedora historia de crecimiento y segundas oportunidades que “te noqueará el corazón”
Jero García lleva años divulgando en escuelas e instituciones de toda España cómo afrontar y erradicar el bullyng de las aulas, y su lucha se extiende desde la Fundación que lleva su nombre y sus dos gimnasios.
Ahora debuta como escritor con “Cola de lagartija”, una conmovedora historia de crecimiento y segundas oportunidades que, según el que fuera el Hermano mayor de la tele, “te noqueará el corazón”.
¿Cola de lagartija es un personaje real?
Es un niño de la década de los setenta que va creciendo en un barrio muy peligroso, demasiado bravo, y que tiene carencias afectivas… Y en un momento determinado se cruzan cosas en su vida que le transforman.
Sinceramente, es la historia de su vida.
Cualquier parecido con la realidad es pura casualidad. Mira, yo crecí en el barrio madrileño de Carabanchel, el mismo en el que vive Cola de lagartija. El personaje representa a todos esos chicos a los que intento integrar en la sociedad.
Echa mano del boxeo, un deporte que supone disciplina y sufrimiento. ¿Esos jóvenes “desarraigados” aceptan esas reglas dejando atrás sus adicciones?
El boxeo aplaca esas adicciones. Cuando te equilibras y ya no las necesitas es cuando te empiezas a formar y a educar en valores muy positivos. En mi caso, el boxeo me aportó constancia, disciplina, sacrificio, motivación y pertenencia a un grupo. Y eso es lo que intento dar ahora a esos chicos a los que ayudo, chavales que se sienten desvariados y solos, y que gracias al deporte empiezan a ver un faro en la niebla.
¿Consigue más éxitos que fracasos?
La educación social es muy desagradecida, pero con que uno de cada diez jóvenes salve su vida, es motivo de orgullo.
Pero “perder” a los otros nueve es muy duro.
Y desagradecido. Yo me puedo caer cuarenta veces, pero te aseguro que me levanto otras cuarenta. Eso es lo que les hago ver a mis chicos. En la educación social, independientemente de las derrotas, estamos obligados a intentarlo de nuevo. Desgraciadamente, si tienes problemas de salud mental todo va cuesta arriba, pero si insistes en el intento, al final puedes salir adelante. Muchos de esos jóvenes que pasan por mis gimnasios y mi Fundación acaban trabajando conmigo.
¿Cuáles son los fines principales de su Fundación?
Evitar la exclusión social, porque en un momento de mi vida me sentí excluido, prevenir la violencia, detectar cuando un niño sufre…
Se que el papel de Paula, su mujer, en todo este proceso de redención es esencial.
Dicen que un hombre, sin una gran mujer a su lado, es un medio hombre. Y yo no sería nada sin la mía. Es la que me motiva y me empuja a diario.
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