
Entrevista
Joaquín Cortés: «He alimentado yo solo a más de cien familias»
Nuestro artista más internacional, con permiso de Julio Iglesias, estrena «Esencia», en Madrid

Es historia viva de la danza. Fue el primer español en actuar en la Casa Blanca y en Viña del Mar, el primer bailarín en los Oscar, en El Vaticano y el único que llenó estadios de fútbol. Estuvo en los Nobel invitado por el ex presidente Jimmy Carter, y se han rendido a sus tacones desde Michael Jackson a Madonna. Vamos, que la biografía de Joaquín Cortés (Córdoba, 1969) está trufada de hitos, que enumera con tanta naturalidad como su resquemor por no sentirse profeta en su tierra. Pese a todo, este visionario del arte descorcha este 21 de marzo en Fuenlabrada (Madrid) su nuevo espectáculo, «Esencia», que también bailará por medio mundo. Y lo hace con un último anhelo cumplido: ser padre de Romeo y Leone, el «sueño más valioso» de la vida de Cortés.
En su esperado regreso a los escenarios presenta «Esencia», una ventana a su vida y a su carrera. ¿Qué nos quiere bailar?
Desde mi primera obra, hace 35 años, he sido un rebelde con causa, un revolucionario, porque fusioné el flamenco con el ballet y la danza, porque diseñadores como John Galliano, Armani o Dolce & Gabbana me vestían, y salía con una falda o una bata de cola. Entonces fui criticado y ahora está de moda. No sé si soy un visionario, lo hacía por el bien del arte, y sobre todo he llevado la cultura española y gitana al mundo entero, he abierto puertas y fronteras porque después de Julio Iglesias he sido el único español que ha estado en muchos sitios llevando nuestro arte y nuestra danza. Es una forma de mostrar mi carrera como creativo, como coreógrafo y como bailarín.
Para usted, el baile es una forma de vivir. Pero también es empresario desde hace años. ¿A cuánta gente da trabajo su talento y cuánta ayuda echa de menos?
He dado de comer a cien familias sin ayudas públicas. Y te puedo garantizar que he abierto la cámara de comercio en China, cuando estaba Aznar, fui con el presidente chino y él y las multinacionales españolas. El que hoy en día el flamenco sea Patrimonio de la Humanidad se debe en gran parte a mí. Me estuve matando para conseguirlo, nadie me llamó ni me dio las gracias, nunca he pedido dinero, pero me lo tenían que haber ofrecido por si necesitaba algo.
A los 14 años entra en el Ballet Nacional y solo dos después se convierte en primer bailarín. ¿Cuál es el mejor consejo que le dieron entonces?
Ese niño tenía pasión por bailar, por volar, la danza fue mi primer amor, mi primera mujer, el baile es mi pasión y me moriré con esa pasión.

Va a recibir un premio en Cannes en medio de esta gira por Estados Unidos, Asia, Emiratos Árabes y Latinoamérica. En Miami tiene hasta un día propio, el 9 de noviembre. En España se le quiere mucho. ¿Echa de menos que se le quiera mejor?
Ahora me dan la Medalla al Mérito de Italia, en su día en España me dieron la de Bellas Artes, pero creo que se equivocaron. A nivel internacional me han dado premios, llaves de la ciudad, y eso es lo que me llevo.
Acaba de llegar del Foro de Davos, donde le han invitado como embajador para hablar de cultura. ¿Qué les ha contado?
Llevo siendo un defensor de la cultura muchos años, he estado en el parlamento europeo, hablando desde mi conocimiento, desde mi humildad. Yo reivindico la lucha por la cultura. En este país no apostamos por la cultura. He vivido en muchas partes del mundo y teniendo el potencial que hay aquí debería haber más ayuda.
Luciano Pavarotti, Jennifer López, Madonna, Michael Jackson, Paul Newman o Shakira. De todas las estrellas a las que ha conocido, ¿cuál le ha deslumbrado más?
Cada uno en lo suyo. Con Pavarotti estuve recaudando fondos en el Festival de Spoletto. Para mí Luciano ha sido el mejor de todos, con todo el respeto por Plácido y por Kraus. Que Michael Jackson me pidiera unos pasos de flamenco fue maravilloso. A Madonna la conocí en Los Ángeles cuando estaba embarazada y luego he coincidido con ella en muchos sitios. Todos son recuerdos imborrables.
Ha vivido en Miami, en Estados Unidos, en Roma, en Londres, en Nueva York….¿En qué somos mejores en España y en qué necesitamos mejorar?
Somos un país con un potencial brutal, un talento increíble, y ese talento no puede salir adelante porque no tiene ayuda.
La paternidad y la pandemia frenaron en el año 2018 una carrera incomparable. ¿Qué le ha enseñado ese tiempo para los afectos?
Ese parón lo decidí yo y lo volvería a hacer. No soy el mejor padre del mundo, mis hijos me dan lecciones constantemente y son una bendición. Son mi sueño más valioso.
Junto a Julio Iglesias, ha sido el único español que ha dado la vuelta al mundo. ¿Qué análisis hace de estos tiempos revueltos?
Me entristece mucho cómo está el mundo y la gente inocente que muere. Estas guerras sin sentido antes era por religión y ahora son por economía.
Hoy suma 56 años. Para que el cuerpo aguante esta pedazo de gira internacional, ¿qué rutinas y qué entrenamientos le mantienen en forma?
Tengo un metabolismo que tiene memoria y soy muy disciplinado. Llevo haciendo ballet clásico desde pequeño y luego me machaco. Hago como Rocky en la película: subo cuestas, bailo, entreno y luego está la genética. Buenos, y mis hijos, que son dos aviones y no me dejan parar.
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