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Entrevista

Leire Martínez, soltar para volver a ser

La artista arranca una nueva etapa en solitario marcada por la sostenibilidad y un gesto lleno de simbolismo

Leire Martínez CEDIDA

Leire Martínez habla con la serenidad de quien ha aprendido a mirar atrás sin nostalgia y a mirar adelante sin miedo. Después de más de quince años como vocalista de La Oreja de Van Gogh, uno de los grupos de pop más influyentes de España y Latinoamérica, la cantante ha decidido emprender un nuevo camino. Lo hace con la calma que la caracteriza y con un gesto que condensa el espíritu de esta nueva etapa: poner a la venta en Wallapop algunos de los objetos más emblemáticos de su historia artística. Desde prendas de escenario hasta instrumentos cargados de recuerdos, todo forma parte de la campaña «Esa no soy yo», creada junto a la agencia &Rosàs, que invita a reflexionar sobre la necesidad de soltar aquello que ya no nos representa.

Recuerdos imborrables

Hablar de su pasado con la banda es, inevitablemente, hablar de gratitud. Martínez guarda un recuerdo «muy bonito y agradecido» de esos años. Reconoce que fueron intensos, llenos de aprendizajes y de experiencias que le marcaron como artista y como persona. Pocos artistas pueden decir que formaron parte de un proyecto que definió una generación, pero ella lo vivió en primera persona: discos convertidos en himnos, giras multitudinarias y una conexión inquebrantable con un público que la acompañó dentro y fuera de las fronteras españolas.

Sin embargo, esa etapa llegó a su fin. Hoy, en su presente, se abre a nuevas posibilidades que la ilusionan de un modo distinto. La música sigue ocupando un lugar central en su vida, pero bajo otra luz. Está inmersa en la creación de su primer disco en solitario, un proyecto en el que trabaja con entusiasmo y que pronto verá la luz. «No me imagino mi vida sin música», confiesa, convencida de que, de una manera u otra, siempre formará parte de su día a día. Aunque admite que la energía del directo es insustituible, Leire no vive anclada en el pasado. Para ella cada etapa tiene su sentido, y la actual le permite experimentar algo que valora profundamente: la calma. Ha aprendido a no dejarse arrastrar por el «deber ser» ni a forzarse a seguir un camino que ya no siente suyo. En su lugar, se escucha a sí misma y se concede el permiso de descubrir nuevas facetas.

Una segunda vida

Esa honestidad personal también explica su colaboración con Wallapop. Lo que más le atrajo fue la filosofía de la marca: dar una segunda vida a los objetos y promover un consumo más responsable. Son valores con los que se identifica y que, dice, trata de aplicar en su día a día. Se considera práctica; si algo ya no le resulta útil, lo vende para que alguien más lo aproveche. Su compromiso con la sostenibilidad no es casual.

NAVARRA.-San Fermín.- Leire Martínez debuta en solitario en Sanfermines para presentar su nueva etapa tras La Oreja de Van GoghEuropa Press

Leire subraya la importancia de transmitir estos valores a las nuevas generaciones. Cree firmemente que lo aprendido en la infancia marca para siempre, y que normalizar un consumo consciente desde pequeños es una de las mejores herencias que se puede dejar. «Si conseguimos que las nuevas generaciones lo integren, habremos dado un paso enorme hacia un futuro más sostenible», asegura.

La música, la sostenibilidad, la comunicación: todo se entrelaza en esta nueva etapa vital. Aunque no se cierra a seguir colaborando con otras marcas o proyectos, lo que más le ilusiona es que detrás haya siempre un mensaje positivo. La autenticidad, más que nunca, se ha convertido en su brújula.

Su mayor desafío

A la hora de enumerar sus sueños, la lista es larga: seguir creando, transmitir con sus canciones, comunicar de formas diversas y, sobre todo, seguir creciendo como persona. Esa voluntad de crecimiento es quizá la nota que mejor define este momento. No es casual que, cuando se le pide elegir una canción que lo resuma, mencione «Mi nombre», su primer single en solitario. «Es mi carta de presentación», afirma. Un título sencillo, pero cargado de fuerza simbólica: poner su nombre al frente de su música, reivindicar su voz, declararse lista para cantar en primera persona. La Leire Martínez que hoy se sienta frente a nosotros no reniega de su pasado, pero tampoco se aferra a él. La clave de todo está en aprender a soltar, en entender que cambiar no es traicionarse. Que decir «esa no soy yo» es, en realidad, una manera de afirmar con más claridad que nunca quién se es.