Ambos están mal
Máxima preocupación por el marido de Lydia Lozano: “Ya no puede ni sacar al perro”
Charly también ha pasado por quirófano. Su salud está atravesando malos momentos a sus 72 años. La periodista está volcada en él
La salud está suponiendo un reto especialmente difícil de sortear para Lydia Lozano, que en cuestión de dos semanas ha tenido que ser operada en dos ocasiones de la fractura de la vértebra T11. Aunque ha querido llevarlo en secreto, este jueves filtró detalles sobre su estado tras su paso por quirófano por error. Eso sí, con más celo ha llevado el problema médico que aqueja también a su marido, Charly, quien estaría atravesando momentos delicados. Y es que la salud también se le está resistiendo, impidiéndole incluso realizar las tareas rutinarias que antes afrontaba con normalidad. Y es que a él también se le han juntado los males y no puede ejercer de enfermero fiel como le gustaría, pues él mismo necesita estar bajo cuidados especiales.
Desde siempre se ha comentado que el marido de Lydia Lozano era quien se hacía cargo de las tareas del hogar, pues entendía la intensidad del trabajo de su amada. No obstante, estas responsabilidades las ha tenido que aparcar por un motivo de peso, pues la salud reclama toda su atención en estos días, tal y como han señalado desde ‘Informalia’ este viernes: “Una dolencia aparatosa y dolorosa, porque también ha tenido que estar en reposo y ahora está con rehabilitación”, mantiene una fuente consultada del círculo más próximo al matrimonio, que reconocen que “se les ha juntado todo”. Es más, desde el citado medio asegura que Charly, a sus 72 años, se ha visto mermado en sus movimientos y ahora mismo “ya no puede ni sacar al perro”, después de haber tenido que ser él también operado hace relativamente poco tiempo.
Por fortuna, también destaca esta fuente consultada que Charly tiene la mejor compañera de vida para hacer frente a este tipo de reveses: “Menos mal que Lydia tiene un carácter estupendo y nada le resta su optimismo y ganas de seguir adelante. De hecho, no ha dejado de trabajar prácticamente ningún día, salvo los obligados por su operación de espalda. Después, ha salido corriendo para seguir en los platós, porque a ella eso le da mucha vida”, destacan. Y es que si la propia salud no ha supuesto un problema para la colaboradora para afrontar sus responsabilidades y cumplir con sus citas con el público, tampoco lo está suponiendo el bajón de salud que ha experimentado su esposo. Ahora que ambos están convalecientes, continúan formando un buen equipo, aunque deban bajar el ritmo en cierta medida para recuperar la salud que han perdido por el camino. Eso sí, parece que lo que no pierden es la sonrisa y las ganas de seguir disfrutando de los pequeños placeres de la vida.
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