
Fin del proceso judicial
Nacho Vidal, condenado a 3 años de cárcel por tráfico de cocaína rosa, pero no estará entre rejas
El actor porno retirado ha llegado a un acuerdo para evitar la prisión. Entrará en un programa de desintoxicación para sanar sus propias adicciones

Ignacio Cerdá González, popularmente conocido como Nacho Vidal, continúa acumulando problemas con la justicia y polémicas. Son muchos los entuertos en los que se ha visto involucrado en los últimos años y que le alejan de su fama como actor de cine para adultos o sus incursiones televisivas. El escándalo le persigue y se ha cansado de esperar su destino. Es por eso que el intérprete erótico ha decidido pactar con la Fiscalía para huir de su esperado ingreso en prisión, pues se le acumulaban las causas y su condena era inevitable.
Son muchos y algunos muy graves los problemas que atesora con la justicia. El último fue el pasado mes de febrero, cuando la estrella del porno patrio fuese detenido, acusado de un presunto delito de tráfico de drogas. Ya no es presunto, pues él ha reconocido ser el responsable de este delito contra la salud pública. Acepta su responsabilidad y no esquiva la culpa, aunque con ello se llegaba a un acuerdo con la Fiscalía por el que sí evade la cárcel.
Nacho Vidal elude la prisión tras un pacto
A principios de año, Nacho Vidal volvió a estar en boca de todos y copar cientos de titulares, por nada que tuviese que ver con su trabajo. Al menos no por el que se ha ganado un hueco en el ‘star system’, aunque sí con ese otro que mantenía a la sombra. El actor fue detenido por tráfico de drogas, cuando la policía le dio el alto en una discoteca y en su poder llevaba más de 120 gramos de diferentes sustancias ilegales. Entre ellas estaba la conocida como cocaína rosa, llamada también “tusi” y que mezcla ketamina, MDMA, cafeína, cocaína, metanfetaminas y opiáceos. Un cóctel muy peligroso que se ha puesto muy de moda en los últimos años.

Nacho Vidal, además de la cocaína rosa, también escondía en su cuerpo a la policía otros potenciadores sexuales y también ansiolíticos de diversa índole. Difícil justificar con este botín el consumo propio, como así pretendió alegar en un primer momento su defensa. Pero ha sido imposible sostener esta versión y, finalmente, cuatro meses después de su detención, ha aceptado su culpa, reconociendo que vendía estas sustancias ilegales. Un paso importante con el que pone fin a la agonía que experimentaba ante la inminencia del juicio en el que se decidiría si entraba o no en prisión por los cargos que pesaban sobre él.
Llegando a un acuerdo con la Fiscalía poco antes del juicio, acepta una condena de tres años de prisión, aunque no pasará ninguna noche entre rejas. Y es que se libra de la cárcel al alegar que él mismo tiene un problema con las drogas y dejar constancia de su expreso deseo de ingresar en un programa de desintoxicación. Y es que las sustancias psicoactivas para uso recreativo han marcado su vida y también sus antecedentes penales. El lío más grave que afrontó fue en 2009, cuando falleció el fotógrafo José Luis Abad en una ceremonia conducida por Nacho Vidal en la que consumió veneno del sapo bufo, que fumado se convierte en uno de los alucinógenos psicoactivos más potentes del mundo y, por supuesto, también de los más peligrosos. El fotógrafo falleció por una parada cardíaca, como certificaron los peritos forenses, de ahí que se haya librado, aunque el año pasado la Audiencia Provincial de Valencia revocara el sobreseimiento de la causa.
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