Confesiones sin absolución

Pastora Soler: «Acogería a Amaia y a Leire con los brazos abiertos»

La cantante sevillana celebra sus 30 años en la música con la gira «Rosas y Espinas» y nos habla de salud mental y de su equilibrio tras ser madre

Pastora Soler
Pastora SolerCedida

A Pastora Soler (Coral del Rio, 1978) le dan las gracias por muchas cosas. Unos, por haber visibilizado la salud mental, cuando decidió parar y contar por qué lo hacía hace ya 20 años. Otros, por defender la copla y el flamenco contra viento y reguetón. Unos y otros porque, ni los discos, los premios, las medallas, Eurovisión o sus tres décadas en todo lo alto, le han mermado cercanía, sencillez y humanidad. Como cuando aún respondía como Pilar Sánchez, su verdadero nombre, y soñaba con triunfar arrastrando bata de cola. Para muestra, su gira aniversario «Rosas y Espinas», –que precede a su nuevo disco «30», a la venta el 15 de noviembre– donde es más ella que nunca: «Empecé en esto siendo niña, ahora soy madre y quiero contar mi testimonio de vida, de caer y de levantarme. Siempre he sido muy transparente. Nunca he tenido rol de artista».

Ha arrancado la gira más especial, la de sus 30 años en la música, que la lleva por toda España. ¿Qué no le contaron de esta profesión y por qué todo ha merecido la pena?

La parte menos bonita tiene que ver con la industria, negocios, intereses… Lo demás es maravilloso. Cuando veo en mis conciertos la emoción de la gente, hace que lo demás se borre.

Su compañera Malú nos ha confesado que, en su regreso a los escenarios tras su parón, se dio cuenta de que se tomaba todo «desde un punto de vista enfermizo». ¿Se siente identificada con su retirada de 2004? Curiosamente, las dos fueron madres en ese break…

Totalmente, lo vas posponiendo todo va a merced de la parte artística. En mi caso fue parar y quedarme embarazada. Si no llego a parar, no habría sido madre. Lo haces y descubres tu parte personal, en la que también eres feliz.

Con la edad de sus hijas, Vega, cuatro años, y Estrella, de ocho, ya cantaba. ¿Cómo logró no convertirse en un juguete roto?

Eso se lo tengo que agradecer a mis padres, se preocuparon de que hiciera cosas de niñas. La condición para ir a clase de canto era cuidar los estudios. No grabé mi primer disco hasta los 15 años. Todo fue gradual. No he sido una niña prodigio.

Hubo un tiempo en que su profesión lo abarcaba todo. Lo reconoce diciendo que Pastora pesaba más que Pilar. ¿Cómo avanza ese pulso?

En este momento sigue estando ese equilibro. El problema venía de haber descuidado mi parte personal, he estado yendo a terapia pero sobre todo, viviendo y dedicada a mi vida y a mi casa. Ahora cuando veo que la balanza se desajusta, me suena la alarma.

Lo de no estar más de tres noches fuera de casa en la gira, ¿es cosa de Pilar?

Sí, al ser madre no puedo estar más de una semana sin mis hijas. Si estoy mucho de ama de casa también me pasa.

Defendió y coronó la copla cuando la industria no apostaba por ella. ¿Es buena noticia que otros artistas se suban a su carro?

Por supuesto, ojalá que la copla tuviera ese apoyo o lo que ha hecho Rosalía con el flamenco. Ojalá haya muchas Rosalías que hagan copla.

Han pasado 12 años de su paso por Eurovisión con ese inolvidable «Quédate conmigo», que nos dio el mejor puesto en años hasta que llegó Chanel. ¿A favor de elegir cantantes consagrados o la fórmula del Benidorm Fest?

La fórmula del Benidorm me encanta, porque es una plataforma para talentos que lo tienen muy difícil. Soy eurofan. Ojalá tenga una larga vida.

Es coach y jurado en programas de talento. ¿Cuál es el mejor consejo que se le puede dar a un aspirante?

Que trabaje y tenga paciencia. Y que se preparen, porque hay mucha competencia.

Ha hecho duetos con los mejores artistas de este país, desde Alejandro Sanz a Vanesa Martin. Ahora que Leire Martínez, de La Oreja, se ha quedado sin proyecto, ¿sería una opción para una de sus colaboraciones? ¿Cómo valora lo que se está comentando sobre ella y sobre Amaia?

Es muy cruel. Hay gente muy destructiva. Si Amaia venía de un problema, por aupar a una, ahora nos vamos a cargar a la otra. Yo las acogería a las dos, a Amaia y a Leire, con los brazos abiertos. He empatizado mucho con Amaia, tiene que ser durísimo. Es curioso que haya tenido que ser Karol G, alguien de fuera, la que dio el paso de ponerla en el lugar que merece. Tengo empatía con Amaia y con Leire. Con las dos. Todo mi apoyo a Leire también. Ahora es doloroso pero seguro que es para bien.

La otra Estrella que tiene en casa, su hija mayor, ya quiere acompañarla a la gira. Si le pide seguir sus pasos, ¿sería una alegría o un disgusto?

Un disgusto no. Si quiere ser artista va a tener mi apoyo, a esto o a lo que sea. Ella se inclina más por el baile, que es donde empezó su padre, que ahora es director artístico. De hecho, cuando la ven bailar, recuerda mucho a él. Si es complicada la música, el baile ni te cuento. Quiero que sea feliz.