MBFW Madrid

Pedro del Hierro: un verano tórrido en La Gran Metrópoli

Nacho Aguayo y Alex Miralles reinventan el ADN de la firma con un desfile que mezcla color, tradición y modernidad en el Palacio de Cibeles

Desfile Pedro del Hierro
Pedro del Hierro en Mercedes-Benz Fashion Week Madrid 2024.Gtres

La Galería de Cristal del Palacio de Cibeles en Madrid ha brillado hoy con una energía distinta. Pedro del Hierro ha presentado La Gran Metrópoli, su nueva colección, bajo la mirada expectante de prensa, clientes y amantes de la moda. Allí estaban sus directores creativos, Nacho Aguayo y Alex Miralles, que en unos años han conseguido darle a la casa un giro contemporáneo sin perder la esencia de elegancia que siempre la distinguió.

El punto de partida fue una historia, casi un guion cinematográfico: “La narrativa detrás del desfile es una pareja que se queda en una gran ciudad en verano y allí se redescubre. Vive un verano tórrido, de reencuentro”, explica Aguayo. Esa idea de pasión urbana y calor sofocante se tradujo en una explosión de colores inesperados, mezclas arriesgadas y patrones que oscilan entre la tradición de la sastrería y la libertad del prêt-à-porter contemporáneo.

Colores imposibles y tejidos inesperados

”Queríamos romper los esquemas a nivel cromático, introducir tonos que no son fáciles, que requieren un trabajo muy preciso de estilismo”, comenta Miralles. Y lo consiguieron: naranjas con hilos metálicos, lentejuelas mates que brillaban sin estridencia, algodones y fibras naturales trabajadas con nuevos acabados. Aguayo sonríe al recordar el tejido estrella: “Un naranja con hilos metálicos que juega entre lo mate y lo brillante, entre lo sensual y lo sofisticado”.

La sostenibilidad no se quedó atrás: algodones responsables, fibras naturales y un uso consciente de materiales que permiten a la firma avanzar hacia un futuro donde la estética no contradiga la ética.

En Pedro del Hierro la sastrería sigue siendo un pilar. “En hombre, la sastrería sigue siendo la pieza clave, aunque también hemos trabajado mucho el tricot, que nos permite explorar volúmenes de dentro a fuera”, dice Miralles. Para la mujer, las salidas monocolor en lentejuelas mate fueron de lo más impactante, aunque Aguayo confiesa su debilidad: “Un sastre en cuadro vichy con pantalón de patrón especial y chaqueta de esmoquin corta. Una prenda que, por sí sola, habla de modernidad y tradición al mismo tiempo”.

Ese diálogo entre lo comercial y lo artístico es, reconocen, uno de los mayores retos. “Nunca sabes si estás en el equilibrio justo. Hay que vender fantasía y a la vez conectar con lo que sueña el cliente de sí mismo y de la marca. La pasarela es el lugar donde mostramos nuestra parte más elevada, donde decimos que no todo tiene que ser un simple esmoquin o un simple vestido”, reflexiona Miralles.

Elegancia frente a la estridencia

En un momento en que las pasarelas globales se llenan de propuestas radicales y a veces efímeras, Aguayo y Miralles prefieren reivindicar la elegancia. “No queremos caer en lo vulgar ni en lo estridente. Apostamos por un punto elegante con un toque distinto”, aclara Aguayo. El suyo es un lenguaje de volúmenes, de intercambios -tejidos masculinos en siluetas femeninas y viceversa- que genera frescura sin perder el linaje clásico de la firma.

Propuesta mujer, Pedro del Hierro
Propuesta mujer, Pedro del HierroGtres

El futuro, sin embargo, no da tregua. “Nuestro foco está en el mañana. En cuanto terminamos un desfile, ya estamos pensando en el siguiente. Nuestra obligación es seguir avanzando”, confiesa Miralles. Y en esa carrera hacia lo que vendrá, la emoción sigue siendo el motor. “El éxito no es llenar titulares. El verdadero éxito es emocionar al público. El aplauso es lo más bonito. Somos la cabeza visible de un equipo enorme y lo más valioso es sentir que hemos creado un sentimiento compartido”, añade Aguayo.

Entre los referentes, Aguayo no duda: “Con Armani me hubiese encantado colaborar. Por su manejo del color, de los tejidos, de los volúmenes. Marcó una escuela, siempre fiel a su estilo. Eso me parece admirable”. Y si pudiera enviar un mensaje a su yo de hace una década, cuando comenzaba en la moda, sería simple: “Que perseverara. Aquí nadie te regala nada. Llegar hasta aquí ha supuesto años de esfuerzo y sacrificio”.

Una gran metrópoli, un gran verano

La Gran Metrópoli no es solo una colección, es una declaración de intenciones. Una invitación a quedarse en la ciudad en verano, a redescubrir lo cotidiano bajo una luz diferente, más intensa y más sensual. Y en esa narrativa, Pedro del Hierro demuestra que sigue siendo capaz de emocionar, innovar y seducir, tanto al cliente fiel como al público más joven que busca moda con discurso.

En Cibeles, entre las luces del Palacio de Cristal y la expectación del público, Nacho Aguayo y Alex Miralles confirmaron lo que ya muchos intuían: que el futuro de Pedro del Hierro se escribe desde el respeto a la tradición, pero con los ojos puestos en la modernidad más vibrante.