Polémica
Richard Gere desata su crítica más ácida contra Trump y lo define con un apelativo inesperado
El actor convierte la FIL de Guadalajara en su escenario político y espiritual, con un mensaje que mezcla activismo, vergüenza ajena y una llamada a la compasión

En la FIL de Guadalajara, Richard Gere no quiso limitarse al guion habitual del actor comprometido. No hubo medias tintas ni frases cuidadosamente blindadas por publicistas. En su lugar, Gere lanzó una crítica frontal, casi catártica, contra Donald Trump, el hombre que, reconoce sin rodeos, le provoca una profunda "vergüenza" como ciudadano estadounidense.
El protagonista de "Pretty Woman" y "Chicago" subió al escenario del auditorio Juan Rulfo, desbordado hasta sus límites para recibir a cerca de mil personas, con la serenidad habitual que le da su eterno vínculo con el budismo. Pero en cuanto comenzó a hablar, la serenidad se combinó con un tono severo y un diagnóstico político que retumbó entre los asistentes. Gere urgió a reflexionar sobre la responsabilidad global de elegir líderes capaces de guiar al mundo con madurez y humanidad. En su opinión, Trump no solo ha fallado en esa misión, sino que ejemplifica todo lo contrario.
Comportamiento infantil
"Como americano estoy profundamente avergonzado del presidente que tenemos", declaró sin matices. Para él, Trump representa la figura del "tipo malo" que nunca debería volver a tener un papel protagónico en la política mundial. Y ahí llegó la frase que más revuelo causó: Gere definió al expresidente como alguien con un "comportamiento infantil", un líder atrapado en su propia incapacidad para gestionar la ira y para actuar con inteligencia emocional. "No es un ser humano maduro", remató. Su diagnóstico final, casi pedagógico, fue lapidario: a Trump, dijo, "hay que tratarlo como a un niño".

Pero la crítica no se detuvo en el magnate republicano. Gere amplió su análisis hacia otros líderes que, en su opinión, representan el mismo patrón de poder "mal enfocado": Benjamín Netanyahu y Vladimir Putin. Los colocó en un bloque común: el de los hombres "en el lado equivocado de la historia", figuras que han acumulado poder mientras se distancian del futuro que el planeta necesita. Sin embargo, el actor insistió en que la respuesta no debe nacer del odio, sino de la "sabiduría y la compasión", dos palabras que actúan casi como su brújula vital.
En contraste, Gere dedicó unas palabras de reconocimiento a la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, a quien elogió por su capacidad para "lidiar" con Trump en el tablero político internacional. Un guiño diplomático que arrancó aplausos entre la audiencia mexicana.
Más allá de la política, Gere aprovechó su presencia en México para hablar de su otra gran causa: el medioambiente. A través de su fundación, colabora con comunidades costeras en Xala, Jalisco, promoviendo la conservación de sus territorios. Desde su cercanía con el Dalái Lama hasta su activismo por el Tíbet, mostró que su voz, más que la de un actor, es la de un militante de la compasión aplicada.
Con una segunda charla programada y la proyección del documental "Wisdom of Happiness", Gere dejó la FIL con algo más que titulares explosivos: ofreció un recordatorio incómodo pero luminoso sobre el liderazgo y la responsabilidad colectiva.