
Nadie lo sabía
Mariló Montero confiesa su boda secreta: “Estoy casada con un africano”
La presentadora hizo un safari y vivió un idilio apasionado con el conductor del todoterreno. La cosa se puso intensa y ahora son marido y mujer

Mariló Montero vuelve a estar de moda y de plena actualidad. No solo afronta nuevos retos profesionales, sino que además los zanja con maestría, como así ha sucedido tras lanzarse a la aventura de ‘MasterChef Celebrity’ y alzarse con la victoria. Ahora pasea el título por todos lados, en entrevistas en numerosos programas de televisión y radio, revistas y digitales. También sobre el escenario, como así ha hecho ahora que se ha subido al de su compañera en el talent culinario, Valeria Ros. Han hecho muy buenas migas en los fogones de TVE y han querido llevar su buen rollo ante el público de su espectáculo.
La conversación fluía entre ambas y la presentadora terminó confesando algo que siempre se había mantenido a modo de secreto: está casada y muy pocos lo saben. Y es que vivió algo así como una intensa historia de amor cuando recorría la sabana africana con el conductor del todoterreno que les hacía de guía. Un idilio que terminó en boda: “Es verdad que ahora mismo estoy casada con un africano”, desvelaba sin más. “No me he divorciado, así que si no ha habido divorcio y hubo casamiento, sigo casada con el muchacho”. Ante esta bomba, Valeria Ros no pudo más que pedirle la historia completa.
Mariló Montero y su boda con un conductor africano
Suele decirse que el amor puede encontrarse a la vuelta de la esquina. Otras veces hay que viajar hasta lo más profundo de África para encontrarlo. Mariló Montero no es lo que andaba buscando precisamente cuando se fue de safari y se bajó del vehículo para ver más de cerca los fieros animales: “Entre bicho y bicho, me bajé del coche, una auténtica suicida”. Ahí el conductor le ofreció su protección y la acompañó a un lugar más seguro: “Pensaba que mi amor venía en el coche conmigo, pero qué va. Cuando una va distraída y no se espera nada es mucho mejor todavía”, bromea con su amiga sobre su anécdota.
A la periodista también le parecía apuesto el conductor que cayó rendido a sus encantos españoles: “Un hombre de sonrisa cautivadora y mirada brillante”, lo describe. Era muy atento con ella y la acompañó mientras le enseñaba las maravillas de los paisajes de la región. Mientras, trenzaba una pulsera con ramas que le regaló y ella aceptó encantada. De ahí se fueron a almorzar con el grupo y ahí ella se percató de que el conductor no le quitaba ojo: “Y yo empecé a sentir mariposas en el estómago, me empezó a gustar… muy coqueta”, reconoce en el mismo tono de humor en pleno espectáculo de Valeria Ros.
No fue hasta que regresaba a España cuando se enteró de lo que significaba la pulsera. Pues este simple gesto la reconocía como esposa del conductor y ella sin saberlo: “Nos íbamos al aeropuerto y él seguía corriendo detrás. Paró la camioneta, abrió la puerta, me bajó, me puso entre sus brazos y me dio un morreo, una cosa… me volvió loca”. Ahí le explicó el detalle de la pulsera que llevaba en su muñeca: “Me casé sin darme cuenta con él en plena sabana africana”. Lo que se lamenta es que este idilio pasó en el último día de viaje y no pudo disfrutarlo más. Al menos haber saboreado más a su marido, al que no volvió a ver. Eso sí, remata su historia con una aclaración: “Yo no soy promiscua, no voy a países buscando sexo”.
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