Cara a cara ante el juez
Rocío Carrasco y Rocío Flores, de nuevo cara a cara frente a un juez
Madre e hija tienen una cita este mismo lunes 23 de junio. La joven cree que sus derechos fundamentales han sido vulnerados
Es muy complicado que las aguas vuelvan a su cauce en cuanto a Rocío Carrasco y su relación con sus hijos. Especialmente con Rocío Flores, quien ya ha dejado constancia en numerosas ocasiones que desearía tener un acercamiento con su madre, aunque no termina de poner las cosas fáciles para que esto suceda. En cambio, sí que apoya a ultranza a su padre, Antonio David Flores, así como lo ha hecho siempre con Olga Moreno, a quien consideraba su segunda madre, incluso después del divorcio de ésta tras la aparición en escena de Marta Riesco.
A pesar de que el tiempo pasa y no se han producido nuevos desaires públicos, ataques mediáticos ni tampoco malos gestos en privado, siguen en pie de guerra. Y ya hay fecha y lugar para su próxima contienda, que tendrá lugar este mismo lunes 23 de junio en los tribunales. Y es que ambas han sido citadas a declarar en calidad de testigos, aunque ocuparán bancadas enfrentadas en la batalla judicial, defendiendo sus propios intereses y la versión que les ha llevado a distanciarse durante todos estos años y de la que se ha hablado ya hasta la saciedad.
Rocío Carrasco y su hija se verán de nuevo las caras
El motivo que lleva a madre e hija a reencontrarse de manera forzosa y muy a su pesar es una demanda. No son ninguna de ellas las acusadas, pero sí que tienen mucho que decir al respecto. Todo responde a las acciones legales iniciadas por Antonio David Flores en contra de la productora La Fábrica de la Tele –ahora La Osa Producciones-, responsable de la serie documental de ‘Rocío: contar la verdad para seguir viva’. Un trabajo audiovisual emitido entre abril y mayo de 2021, que supuso un boom mediático, reescribiéndose la historia de la maltrecha familia, aunque siempre rodeado de polémica.
Lo que se juzgará este lunes será la difusión de documentos judiciales considerados como confidenciales, que involucraban a Rocío Flores en hechos que acontecieron cuando aún era menor de edad. Unos papeles legales que la madre habría puesto en manos de la productora para cebar el contenido de su docuserie. Esto, según denuncia la joven, incurriría en un presunto delito de vulneración de la intimidad y también supuesta revelación de secretos agravada por lo sensible del asunto que exponían y también por la amplia repercusión mediática que obtuvo su exposición.
Y es que Rocío Carrasco mostró sentencias judiciales, atestados policiales, informes psicosociales y también documentos de la Agencia para la Reeducación del Menor Infractor, sin el expreso consentimiento de la protagonista de esos papeles. Ante esta situación, la madre acudirá al juicio para defender a la productora de los delitos que se le imputan, mientras que Rocío Flores estará apoyando a su padre, así como a sus propios intereses.
Se pide millón de euros como indemnización
Dado el alcance mediático que obtuvo, estando en boca de todos durante meses y siendo un escándalo a nivel nacional, Antonio David Flores y Rocío Flores piden a la productora responsable del documental una indemnización. Consideran que se restablecería el daño ocasionado con un millón de euros, los cuales podrían cubrir los daños psicológicos y también otras repercusiones posteriores que tuvieron que sortear. Puede resultar una cifra muy elevada, pero teniendo en cuenta que la serie de Rocío Carrasco arrasó en audiencia y también en ingresos publicitarios, nutriendo un sinfín de medios de comunicación durante esos meses, quizá no sea tanto.
Pero desde La fábrica de la Tele no lo entienden igual. No tenían el consentimiento de Rocío Flores para mostrar documentos y sentencias sobre ella, pero sí de su madre, quien por aquel entonces era su representante legal. Además, se escudan en que algunos de los informes y documentos analizados en la serie documental ya habían sido publicados anteriormente en otros medios. Este caso ya fue archivado, pero tras un recurso presentado por la hija, obliga a la productora a enfrentarse al análisis de si efectivamente se vulneraron sus derechos fundamentales. Y, de paso, vuelve a poner a Rocío Carrasco en jaque, que acude en calidad de testigo, aunque fuese ella quien facilitase estos documentos a los acusados.