Belleza
Salagaray, el autor del «pelo de león» de Yatra
Descubrimos el método capilar de este profesional al que recurren famosos como el cantante colombiano
Sebastián Yatra ha contado de forma prolija que se sometió a un injerto en la zona de sus entradas porque la línea de nacimiento de su cabello se había retrasado a ambos lados de las sienes. El cantante colombiano es joven, acaba de cumplir 30 años, pero quiso frenar a tiempo una alopecia androgénica que ya vio en su abuelo. El autor de su nueva cabellera de león es Víctor Salagaray.
Este doctor, pionero en el tratamiento de cualquier problema relacionado con la pérdida de cabello, conoce bien los estragos que el aspecto físico provoca en el alma de las personas. Su novedoso estilo personalizado ha hecho de él un referente internacional. Actúa, además, como avezado psicólogo y esos pacientes que llegan a él preocupados por la caída se ven arropados por su cálida personalidad.
La lista de espera es interminable: millonarios, políticos, futbolistas, toreros, artistas, cocineros, cantantes y anónimos llegan de todas partes del mundo a encomendarse al método Salagaray. Este especialista pone a su disposición un ejército multidisciplinar de dermatólogos, ginecólogos, endocrinos, cirujanos plásticos, oncólogos y psicólogos que focalizan su dardo en el pantanoso tema de la capilaridad.
Yatra es solo uno de los pacientes que han hecho que los míticos, subvencionados y baratos implantes turcos, con sus infecciones, deficiente anestesia y resultado antinatural, hayan entrado en decadencia. La competencia española es irresistible.
Además de médico y profesor de Medicina estética en la Complutense, Salagaray es profesor-director del máster de Tricología en la Universidad de Alcalá de Henares. Sondea con habilidad el alma humana y personaliza su técnica en cada paciente, buscando las soluciones más sencillas y efectivas para el conflicto capilar, evitando las falsas expectativas. Es irreprochablemente honesto.
No solo le reclaman pacientes calvos, también aquellos con pelo fino y débil, con cicatrices o con las secuelas de antiguas malas praxis en cirugías, calvas del estrés y un largo etcétera. El doctor ve el objetivo, lo define con claridad y se arroja a él con certera profesionalidad. Maestro del diagnóstico, evalúa correctamente el problema, tratamiento y resultado final a través de un análisis sanguíneo específico y una exhaustiva observación del pelo, mediante el tricoscán, el tricograma y una avanzada biopsia.
Evita la culpa y busca soluciones cuando el paciente llega preguntándole qué le pasa y por qué se le cae el pelo. Salagaray sabe que la caída natural del cabello, difusa, temporal y recuperable, suele ser fatal preludio de la anatemizada alopecia, una pandemia cada vez más temprana. Frente a ello, ha sabido deshacer el nudo gordiano del trastorno psicológico que sufren algunas personas y que les conduce a perder todavía más pelo, descubriendo que la alopecia es en sí una enfermedad, y/o síntoma o consecuencia recíproca de otras. Los exhaustivos análisis previos permiten detectar inmediatamente todos los factores que pudieren influir en la caída del cabello y no siempre la alternativa es la cirugía (implante o microinjerto). En los casos leves, fármacos y dieta permiten una completa recuperación. Para otros casos, mediante la revolucionaria bioestimulación se aportan al cuero cabelludo nutrientes que le hacen recuperar su vitalidad. La radiofrecuencia capilar, que elimina toxinas y grasas, consigue el mismo efecto. La fototerapia láser sanea la raíz y cataliza y acelera el metabolismo celular , lo que sanea la raíz y favorece un pelo fuerte.
Cuando la caída es irreversible, la autodonación en microimplantes injerta el cabello propio respetando fielmente ángulo y dirección del pelo original. Es un tratamiento perfecto y definitivo, con anestesia local y rapidísima recuperación.
Adiós al pelo de muñeco
La fama de Salagaray ha sido reguero de pólvora, sobre todo entre el personal femenino, que en los últimos tres años ha igualado en número al de hombres. Obsesionado por mejorar y humanamente perfeccionista, investiga para evitar las cirugías fallidas, detectando técnicas no adecuadas, malos resultados y el infernal y antiestético efecto llamado pelo de muñeco, así como la pronta pérdida del cabello recuperado o esa difusa y temida falta general de estética armonía, que generan en el paciente frustración, falta de ilusiones, pero Víctor Salagaray ha encontrado razonables soluciones para todos los casos, con sus reparadores tratamientos, dimensionados y modulados en lo humano.
Salagaray es elegante y atildado, sin innecesaria afectación. Serio, sin severidad. Deportista y firme partidario de la amistad, hace que su saber sea cercano, gracias a sus sólidos principios morales y a su rectitud deontológica. Gana en distancias cortas y el paciente adquiere progresivamente la autoconfianza que le permite que su alma y su cuerpo caminen coordinados, (y no en revoltijo), hacia el éxito en el tratamiento, sin, como ya hemos apuntado, crear falsas expectativas. No falta el futbolista que ha recuperado su cabellera aumentando su rendimiento deportivo, ni el cantante que haya visto reducido su miedo escénico después del tratamiento en clínica Salagaray. Las dos orejas y el rabo ya no serán la excepción sino la regla del matador que recupera su repeinada melena gracias al genial doctor. Y esa guapa y distinguida señora anónima de buena familia de toda la vida luce ahora un peinado restallante de vida que acomplejaría a Farrah Fawcett-Majors. Y ese chico que empezaba a acomplejarse no solo con su incipiente calvicie, sino con la ridícula calidad de los pocos pelos supervivientes, se decide a cruzar el Rubicón de la timidez de la primera consulta con Salagaray, y sin saber cómo ni por qué, se va reconociendo y reencontrando a sí mismo en su frondosa melena de león, y conociendo al amor de su vida.
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