Raquel Revuelta: «Sería bonito ver a las hijas de Felipe VI vestidas de flamenca»

Raquel Revuelta montó su empresa de comunicación y servicios Doble RR hace treinta años. Una iniciativa que coincidió con la Expo 92. Para apoyarla en esos comienzos estaba su hermano Ignacio y sus padres. Ahora, es ya una empresa consolidada que está muy presente en todos los eventos que se organizan en Sevilla. La última convocatoria ha sido el sesenta cumpleaños de José Luis López «El Turronero», donde sus chicas y chicos se encargaban de atender a los tres mil y pico invitados. Raquel Revuelta recuerda con cariño su paso por el concurso de belleza Miss España que ganó en 1989 y tiene muy presente no dejar de lado nuevas ilusiones. Creó el Salón Internacional de la Moda Flamenca (SIMOF) con muy poca ayuda y ahora, es un referente.

Es empresaria de éxito. ¿Cómo lo ha conseguido?

A base de trabajar mucho y de llevar a cabo una trayectoria larga. Estoy muy orgullosa de lo que he conseguido. Yo arranco la empresa Doble RR en el año 91. Cuando empecé era la víspera de la Expo 92 que se celebraba en Sevilla. Tenía 24 años, había acabado mi carrera de Turismo y estaba bien relacionada en el sector turístico. Mirando atrás en aquellos años yo estaba más enfocada a un futuro en el mundo de la moda. Aposté por una faceta diferente a lo que tenía en mente y me salió bien.

¿Quién le echó una mano en esos primeros comienzos?

Mi hermano Ignacio ha tenido un papel importantísimo en mi vida. Somos socios y en esos inicios me fue marcando unas pautas. Ha estado velando y fiscalizando de alguna manera Doble RR

En tu casa con tus padres no había esa referencia empresarial

Mi padre ahora está jubilado, pero ha sido un gran neurocirujano. Y mi madre, una vasca recia que dejó su tierra y se instaló en Sevilla. Era una mujer muy moderna, sabía idiomas y trabajaba en una empresa importante. De hecho, cuando mis padres se casaron era ella la que llevaba el peso económico de casa. Lo dejó para criarnos y después retomó su trabajo en Construcciones Aeronáuticas.

Una mujer muy singular...

Totalmente. Es un referente en mi vida. Mi abuelo materno si era empresaria y tenía negocios con Marruecos. De alguna manera creo que la vena emprendedora me viene de él. Y de mi padre he heredado la constancia y la profesionalidad.

¿Le han dicho muchas veces que no?

En los comienzos, que suele ser lo más difícil, ya estaba mi hermano que me avalaba desde el punto de vista empresarial. Lo que hice fue solaparme.

En la fiesta de cumpleaños de José Luis López tu empresa Doble RR estaba muy presente.

A través de Doble RR ,atendimos a los medios de comunicación y también pusimos el equipo de azafatas y azafatos. Son gente muy joven que trabajan con mucha seriedad. A José Luis le conozco desde hace tiempo y nos esmeramos porque era la manera de corresponder a su generosidad.

Organiza ferias importantes, como es el Salón Internacional de la Moda Flamenca (SIMOF). Poca gente sabe que lo montó con 27 años.

Me tocó luchar y apostar cuando era un proyecto inicial que no todo el mundo creía. Ha sido muy importante en la moda flamenca. Fue una revolución, supuso convertir lo que era un trabajo artesano, casi clandestino, inmerso en la economía sumergida, en una verdadera industria. Ahora hay más de trescientos medios de comunicación que se acreditan y cincuenta firmas las que participan y presentan sus colecciones. Y lo que conseguimos en SIMOF fue que un traje regional se convirtiera en moda flamenca.

La moda andaluza cada vez tiene más repercusión en el mundo.

Recientemente, hemos visto a la gurú Anna Wintour vestida en la Gala del MET con un vestido de volantes de Oscar de la Renta, de inspiración flamenca.

Máxima de Holanda y sus hijas estuvieron en la Feria de Abril. ¿Crees que algún día también veamos a la princesa de Asturias y su hermana con estos vestidos?

Su abuela Doña Sofia ha estado en la Feria vestida por Lina y también con batas rocieras en El Rocío. Sería muy bonito que lo hicieran. Es una manera de seguir la tradición.

Lleva tiempo con Luis, su pareja. ¿Se volvería a casar?

Hace unos años te habría dicho un no rotundo, pero ahora lo podría reconsiderar (risas).

¿Retos pendientes?

Me gustaría tener tiempo para estudiar Bellas Artes. Mi padre, que le llamaban «manitas de plata» cuando era neurocirujano, pinta muy bien. A estas alturas de mi vida, ¿por qué no? Y desarrollar esa faceta artística. Es como una asignatura pendiente.