Jesús María Amilibia

Fran Perea: Me gustaría hacer de Artur Mas»

Profesión: actor y cantante.. Nació: en 1978, en Málaga.. Por qué está aquí: protagoniza «Feelgood» en las Naves del Español, en el Matadero (Madrid).

Fran Perea: Me gustaría hacer de Artur Mas»
Fran Perea: Me gustaría hacer de Artur Mas»larazon

–«Feelgood» plantea una pregunta: ¿qué somos capaces de hacer para conservar el poder?

–Todo. El ser humano es capaz de todo por el poder. Ahí está la historia.

El actor es poderoso: ejerce poder sobre el público, ¿no?

-Sí, y me encanta ejercer ese poder. Metértelo en el bolsillo es mejor que meterse en el bolsillo otras cosas.

–La palabra poder tiene mala prensa...

–Por culpa de los políticos. Pero a todos nos gusta sentirnos poderosos.

–¿Cuál cree que es el auténtico poder?

–El dinero. A mí me gusta sólo porque da tranquilidad.

–¿Y cuál sería el poder en la sombra?

-–La manipulación de la información. De ello habla esta obra.

–¿A qué poder teme más?

–Al que desconozco.

–Si quieres conocer a un hombre, dale poder. ¿Qué haría usted si lo tuviera?

–Un IVA reducido para la cultura. Pero, en el fondo, si yo tuviera poder... dimitiría del poder.

La obra muestra la cara más sucia del poder...

–Es ignorar a los de abajo. El desprecio a los demás.

–Vuelva a ser niño. ¿Qué superpoder le gustaría tener?

–Ser invisible para meterme en el Consejo de Ministros, por ejemplo.

–Javier Cámara dice que le encantaría hacer de Bárcenas...

–A mí, de Artur Mas. Vive un conflicto dramático muy potente.

–En «Feelgood» es el que escribe los discursos del poderoso. ¿Qué le haría decir a Artur Mas?

–Gran pregunta. No sé; sólo soy un actor, sin guión se me complica todo.

–«Ves la corrupción y se te quitan las ganas de trabajar», dice Ana Obregón. ¿Se le quitan...?

–A mí nada me quita las ganas de trabajar. La corrupción sí me quita a veces el apetito. Hace que me sienta gilipollas.

–Sofía Vergara: «No eres nadie sin un buen culo» ¿Ése es el gran poder?

–Un buen trasero puede ser el epicentro del mundo. Ahí se clavan los ojos.

–No lo tuvo en cuenta Borges al escribir «El Aleph»...