Conclusiones finales
Josep Santacana, considerado “el cerebro” de la trama y Arantxa Sánchez Vicario la “seguidora”
Se le complica el horizonte judicial al empresario. La Fiscalía le considera el responsable del supuesto delito y exculpa, en parte, a la extenista
Arantxa Sánchez Vicaria ha salido mejor parada que su exmarido, Josep Santacana, en el entuerto judicial que le ha devuelto a la picota informativa. Fue hace un mes cuando el exmatrimonio se veía las caras ante el juez, ocupando el banquillo de los acusados por un presunto delito de alzamiento de bienes. La Fiscalía había solicitado para ellos cuatro años de prisión, lo que supone un oscuro horizonte judicial, aunque no tanto para ella. Quizá peor lo tenga él, después de que se le haya considerado “el cerebro, el que diseña, pertrecha y orquesta todas las operaciones que se llevan a cabo” y que finalmente han supuesto su enjuiciamiento.
Una nueva sesión en el Juzgado Penal número 25 de Barcelona ha dejado sin demasiado margen de maniobra a la pareja. En esta cita se ha plasmado cómo, presuntamente, Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santacana trataron de eludir una deuda que habían contraído con el Banco de Luxemburgo. Sus maniobras han sido señaladas por la justicia como un intento de alzamiento de bienes, pero desde el ministerio público se le considera más responsable de estas acciones a él que a ella, como así acaban de volver a dejar patente en su informe final.
Un escrito en el que muestran su supuesta certeza de que el empresario tuvo “la participación más activa” en la comisión del delito expuesto. De hecho, lo encuadran como un “plan delincuencial”, pues le señalan como “la persona que diseña toda la operativa” que dio como lugar la consumación del hecho que ahora le sienta frente a un juez.
Con ello, al restar responsabilidad a la extenista y sumársela a su exmarido, dibuja el posible escenario final que tendrá lugar cuando se pronuncie la sentencia. Ya el mes pasado la Fiscalía dio un giro de tuerca a sus conclusiones y pidió para Arantxa Sánchez Vicario una pena de cárcel inferior, pasando de los cuatro años entre rejas a tan solo dos. Esto, como es bien sabido, al carecer de antecedentes penales y por tratarse de una futurible condena inferior o igual a los dos años, le permitirían eludir su estancia en prisión. Una opción que no se le ha planteado a Josep Santacana, que continúa enfrentándose a la posibilidad de estar cuatro años a la sombra, al entender el ministerio público que su implicación es mayor y decisiva en la trama.
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