Museo Reina Sofía

José Fernando trabajará en el Museo Rocío Jurado

Ortega Cano junto a sus hijos Gloria Camila y José Fernando en un homenaje a Rocío Jurado
Ortega Cano junto a sus hijos Gloria Camila y José Fernando en un homenaje a Rocío Juradolarazon

Hasta Calatrava podría inspirarse en el pabellón que acogerá provisionalmente en Chipiona el Museo Rocío Jurado, parecido a un almacén antiestético. Lo montan como un atractivo póstumo aunque no sé cuánto puede dar de sí ya que Yerbabuena tiene atractivos naturales y los del museo de «la más grande» –que junto a Montserrat Caballé nos amadrinó a Alejo García y a mí cuando hicimos «Mitad y mitad» en Radio España, lanzados por Eugenio Fontán– se limitarán a repasar los trajes únicos que le diseñaron desde Justo Salao, con volantes flotando, a Lina. Y si llegasen a mostrarse los vestidos realizados por Tony Ardón, demasiado recargados, aquello parecería directamente el museo de los horrores. No le faltaba de nada a sus vestidos: redecilla goyesca, flores en el pelo, gargantilla y vestidos demasiado ceñidos para la que era ya una Rocío cincuentona. Hay diferencia con los modelos creados por Herrera y Ollero, imprescindibles en los años 60 y que competían con Rodríguez, Vargas & Ochegavia y el gran Pertegaz, del que me cuenta su sobrina Dionne que el traje que diseñó acabó destruido por un escape de agua. Pasó a pesar de los cuidados que Juan López de la Rosa prodigaba al guardarropa de Rocío. La folclórica tuvo una época en la que vestía chandals antiestéticos, aunque baratos, contra los que Naty Abascal tiene una guerra permanente, aunque Pantoja también padece de la misma afición.

Así, Amador ha reaparecido para anunciar que en mayo habrá museo. Sin embargo, no sabe de dónde sacarán el dinero para terminarlo, ya que el Ayuntamiento no está por la labor y la Junta busca aclarar dónde se esconden los 3 millones que lleva desembolsados. Todo un montaje tan intrigante como las tramas policíacas de Agatha Christie. Es mucho dinero para desaparecer de repente. No sabemos qué cobijará semejante colección que nos venden como si se tratase del Guggenheim o el Museo del Prado. ¿Pasmará o decepcionará? Yo lo veo como una nueva estrategia por parte de la familia para mantener el legado de Jurado. Amador le ha ofrecido a José Fernando un puesto en el museo, quizá como portero, conserje o simple carne viva, porque él mismo tampoco sabe mucho sobre quién es la mujer que decidió adoptarles, a él y a su hermana Gloria Camila. El último cotilleo dice que Rocío dejó en herencia a su hija Rociito un legado de casi dos mil millones de pesetas.

Lo del museo lo venden como algo provisional tras tres años de preparativos, pero suena a un nuevo despropósito despilfarrador de esos millones tan comentados. Agatha debería enviar a sus detectives. ¿Quién será el culpable? Adivinen.