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Pablo Iglesias, de marqués de Galapagar a comunista famélico

El exvicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias en la Fiesta del PCE
El exvicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias en la Fiesta del PCEGonzalo Pérez MataLa Razón

Pablo Iglesias ha vuelto a sacar la hoz y el martillo y esta vez se ha pegado el símbolo a su torso. Famélico y con la expresión exhausta, echa a correr en zigzag. En línea recta avanzaría mucho más rápido, pero sabe que le apuntan directamente a la cabeza y de este modo ofrece el menor blanco posible. Muy prudente. La historieta está contenida en unas viñetas que los ilustradores Ivà y Carlos Giménez publicaron en la revista El Papus durante la Transición. El expolítico la ha rescatado ahora como nueva imagen en su cuenta de Twitter y las reacciones no se han hecho esperar.

La viñeta de Pablo Iglesias que Ivà y Carlos Giménez publicaron en la revista El Papus durante la Transición
La viñeta de Pablo Iglesias que Ivà y Carlos Giménez publicaron en la revista El Papus durante la TransiciónFotoLa Razón

Donde él ha encontrado alegoría del comunismo, los usuarios están viendo la viva imagen de un régimen político cuyo lastre más dramático es la hambruna. 45 millones de muertos solo en la China de Mao en su intento de superar el modelo económico occidental. “Pasarlas putas espabila mucho”, termina diciendo la tira. “Pues sí -responde un ciudadano en su cuenta-. El cómic tiene mucha razón. Perfecta descripción de lo que es vivir en un país comunista”.

En otro comentario, alguien insiste en que el exvicepresidente del Gobierno hace un resumen perfecto del comunismo: “Un tipo flaco y malnutrido dando trompos por un camino, luchando contra enemigos imaginarios (no se ve esa supuesta amenaza por ningún sitio, solamente dos tipos elucubran sobre ella), para llegar a ningún lado. Gracias, Pablo”. No es el único usuario que le agradece irónicamente tal claridad. “O sea, que bajo el comunismo se pasa mal… Está bien que lo reconozcas por fin”.

Pablo Iglesias
Pablo IglesiasJesus G. FeriaLa razon

A juzgar por la reacción de algún simpatizante, o a Iglesias le gusta especialmente la viñeta o está pasando por uno de sus momentos de peor inspiración. Es la misma que sacaba en sus mítines de campaña. Otra usuaria interpreta que la actitud es de un infantilismo difícil de asimilar: “Nunca entenderé cómo llegaste hasta donde llegaste. Y cómo estáis dejando este país mientras te has montado en el dólar”.

Las andanzas de Iglesias y sus sorprendentes mutaciones como animal político y como hombre no podrían entenderse sin sus lecturas y series de culto, como ‘Star Wars’, ‘Juego de Tronos’ o ‘The Wired’. Los héroes han ocupado un lugar importante en su vida política y le ayudaron en su discurso al ver en ellos que todo podría ser verosímil. Para empezar, en sus redes sociales se presenta también como Jedi Knight. Esto significa que ha pasado de aprendiz de Jedi a caballero de pleno derecho, lo que le permitió cortarse la coleta una vez que completó su formación y el entrenamiento.

Pablo Iglesias
Pablo Iglesias"Jesús Hellín "Europa Press

En ‘Star Wars’, los caballeros Jedi fueron durante mil generaciones los guardianes de la paz y la justicia en la Antigua República Galáctica. Aunque Iglesias aún no ha alcanzado la categoría de Maestro, un rango aún superior, el papel del caballero es clave en el conflicto. No solo disfruta de las enseñanzas transmitidas durante siglos, sino que es capaz de hazañas extraordinarias. En su universo fantástico, se va creando personajes con energías poderosas capaces de derribar a los más poderosos, líderes dentro y fuera del campo de batalla que afinan su mente a base de años de disciplina y meditación. Dicen que hay que ser muy estúpido para desafiar a un caballero Jedi experimentado.

Con este tipo de intrigas faranduleras, cuesta deslindar dónde está la frontera entre la razón, la percepción errónea y el delirio utópico de Iglesias. Puede que no haya perdido la inocencia y que, en su camino hacia la edad adulta, aún no sepa quién es, pero la imagen que da de sí mismo es surrealista y cada vez menos amenazadora. Así al menos se deduce de las palabras de los desencantados que se dirigen a él a través de sus redes: “Cómo nos engañaste con esa voz de corderillo conciliador en tus discursos y con todas tus promesas. Lo tenías bien planeado. Ahora, a vivir como un burgués. Eso sí, reconozco que te lo montaste muy bien”.