Opinión

La crónica de Amilibia: Ojo, MAR, que ya te ven como Rasputín

Miguel Ángel Rodríguez
Miguel Ángel RodríguezCIPRI PASTRANO DELGADOLa Razón

Como Rusia está de moda (no hay nada como invadir un país para convertirse en tendencia), Juan Carlos Monedero, politólogo, ideólogo del 15-M, cofundador de Podemos, ha definido a Isabel Díaz Ayuso como «una niñata en manos de un Rasputín». Hay que tener muy en cuenta las claves ocultas que puedan existir en la descripción de este ideólogo comunista, Monedero, de un ideólogo liberal, MAR o Miguel Ángel Rodríguez, jefe del Gabinete de Isabel Díaz Ayuso y principal actor en «La Guerra de las Galaxias» que acabó con Pablo Casado y Teodoro García Egea con un solo golpe de espada láser. Tengamos en cuenta que Juan Carlos (¿por qué aún no se ha cambiado el nombre?) definió canónicamente al dictador venezolano Chávez como «el último libertador de la América Latina» y, al sufrir con él su agonía, alcanzó cumbres en la poesía épica cuando escribió: «He amanecido con un Orinoco triste paseándose por mi ojos». Una elegía para la historia.

Si Monedero, el hombre del apellido apropiado, define a MAR como Rasputín, ¿será porque lo ve como monje místico, brujo carismático, profeta, gran actor y seductor de mujeres? ¿Cree que tiene hipnotizada a Díaz Ayuso? Rasputín perteneció a la Secta de los Flagelantes, una orden que pretendía llegar a la fe verdadera a través del dolor y la orgía, algo así como Pablo Iglesias cuando soñaba con flagelar a Mariló Montero hasta la sangre. Así, la interpretación más acertada quizá sea que ve a MAR como una especie de superdotado sexual: en San Petersburgo se exhibe, conservado en formol, el pene de Rasputín, de 28,5 centímetros. Quién le iba a decir a MAR que lo iban a ver como el Nacho Vidal de la política.