DEP
Ivana, la mujer que hizo de Donald Trump otro Rockefeller
La primera esposa del ex presidente Donald Trump fue encontrada muerta en su vivienda de Nueva York en una aparente caída accidental por las escaleras
Ivana Marie Trump,la primera esposa del ex presidente Donald Trump, moría este jueves en su vivienda de Nueva York. La ex modelo checoslovaca, casada con el padre de sus tres hijos de 1977 a 1992, ayudó al magnate neoyorkino a construir su imperio, aunque las múltiples infidelidades de su marido y el fuerte carácter de ambos, que terminaron compitiendo por sus propios negocios, impidieron la continuidad del matrimonio.
Fruto del cual, sin embargo, nacieron Donald Trump Jr. (44 años), Ivanka Trump (40 años) y Eric Trump (38 años). Tras conocer la muerte de su madre el 14 de julio, los tres hijos que el ex presidente republicano compartía con Ivana reaccionaron con unas palabras de despedida, firmadas conjuntamente por su propia madre, Marie Zelníčková, de 96 años de edad, y sus diez nietos. “Ivana Trump era una superviviente. Huyó del comunismo y abrazó este país. Enseñó a sus hijos a tener agallas y resistencia, compasión y determinación. Su madre, sus tres hijos y sus diez nietos le echarán mucho de menos”, emitieron este jueves a través de un comunicado oficial.
“La extrañaré por siempre y mantendré vivo su recuerdo en nuestros corazones para siempre”, añadió Ivanka - “la pequeña Ivana” - Trump. Desconsolada, confesando estar “con el corazón roto” por el fallecimiento de su madre, su única hija publicaba pocas horas después de su muerte un mensaje de despedida en sus redes sociales. “Mamá era brillante, encantadora, apasionada y perversamente divertida. Vivió la vida al máximo, sin perder nunca la oportunidad de reír y bailar”, escribió junto a unas fotografías con su madre tras su repentina muerte.
Durante su vida en común, un Donald sin escrúpulos se encargaba de las negociaciones duras, mientras una encantadora Ivana, tan elegante como sofisticada, se encargaba de abrirle camino a su marido entre los círculos más exclusivos de la élite estadounidense. Definida en un reciente documental de Netflix como “carismática adicta al trabajo, mujer de carrera, una igual”, Ivana hablaba con fluidez, además del inglés, alemán, francés, checo y ruso.
Siendo el magnate, con frecuencia, impulsivo, mentiroso y malhablado, a la checoslovaca le gustaba darse a conocer entre la jet set del país como una mujer de negocios con tanta o más destreza que él para dirigir una de las propiedades más importantes de la Organización Trump, el Hotel Plaza; encargarse de la vicepresidencia del diseño de interiores de toda la compañía; o criar, prácticamente en solitario y de manera paralela, a sus tres retoños.
El rol de Ivana en la creación y crecimiento del imperio inmobiliario Trump, a partir de su matrimonio en 1977, fue indiscutible, llegando incluso a hacer que sus éxitos como gestora de los negocios familiares pusieran en evidencia las inseguridades de su marido, incómodo con el papel igualitario que le otorgaba su esposa.
La ex modelo checoslovaca-estadounidense le acompañó codo con codo durante toda la etapa inicial profesional y expansión de la empresa familiar, construyendo con él algunos de los proyectos más reconocidos del negocio, como la Torre Trump de la Quinta Avenida o el Casino Resort Taj Mahal en Atlantic City, conocido como “un pequeño Las Vegas” en Nueva Jersey.
Tan ambiciosa como su segundo esposo, a la entonces señora Trump le gustaba presumir que “dentro de 50 años seremos los Rockefeller”. Mujer de negocios, diseñadora, autora y modelo, Ivana era también una persona obsesionada con los pequeños detalles y adicta al trabajo, llegando a hacer que un ya por entonces narcisista con ansias de fama, dinero y poder Donald Trump se sintiera amenazado por quedarse a la sombra.
Lo cierto es que el glamuroso matrimonio Trump acaparó todas portadas de los años 80 y la afamada pareja compartió de manera habitual las páginas de la socialité neoyorquina, obligando al heredero inmobiliario con afán de convertirse en presidente de Estados Unidos a compartir su protagonismo. Tres décadas y otros dos matrimonios más tardaría todavía Donald Trump en conseguir llegar a la Casa Blanca.
Ivana, por su parte, se casaría hasta en cuatro ocasiones a lo largo de su vida, aunque no tuvo más hijos con sus otros maridos. Su primera boda con el esquiador austríaco Alfred Winklmayr se había organizado para que la checoslovaca pudiera abandonar su país natal, dominado por el comunismo. El matrimonio de conveniencia apenas duró un año, pero le permitió a la joven educadora física, a la vez que esquiadora reconvertida a modelo, vivir en Canadá después de alejarse de Europa del Este.
Un viaje a la ciudad de los rascacielos en 1976 con un pequeño grupo de reinas de la belleza la llevó a conocer al mujeriego neoyorkino, dando paso a la unión conyugal de la pareja pocos meses más tarde. Tres hijos, quince años de matrimonio y un sinfín de infidelidades después, Ivana y Donald Trump pusieron fin a su vida en común, iniciando un tumultuoso divorcio.
“No te enfades, quédate con todo”
La separación no fue fácil para ninguno de los dos. La relación extra-matrimonial con Marla Maples fue la que forzó la ruptura definitiva del primer matrimonio de Donald Trump, asegurando tener con su amante “el mejor sexo de su vida” para justificar las duras críticas por la aparente diferencia abismal de categoría entre las dos mujeres. Un sonado encontronazo entre ambas en Aspen (Colorado) durante las vacaciones navideñas del 89 en las que él decidió llevar a escondidas a su amante, trascendió escandalosamente a la prensa, forzando de manera definitiva la ruptura.
Ivana no fue, ni de lejos, tan discreta como las otras dos esposas del magnate, Marla Maples, madre de Tiffany Trump, y su actual esposa y madre de su hijo Baron, Melania Trump. Aún así, y a pesar de acaparar todos los focos, mantuvo un bajísimo perfil los últimos años y, muy especialmente, durante el mandato del ya convertido a presidente estadounidense. La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca posicionó a sus tres hijos como su círculo más cercano de confianza, dejando en un segundo plano la fría y distante relación con su primera mujer.
Distancia que recortó el propio ex presidente este jueves al ser el primero en dar a conocer la noticia de la muerte de Ivana Trump, anunciada en su red social Truth Social: “Me entristece mucho informar a todos aquellos que la amaban, de los cuales hay muchos, que Ivana Trump falleció en su casa en la ciudad de Nueva York”.
Ese bajo perfil de Ivana no evitó, sin embargo, que algunas de sus frases más célebres pasaran a la historia. “No te enfades, quédate con todo”, en alusión a su divorcio con Donald Trump, con quien pudo llegar a un acuerdo de confidencialidad. También escribió varios libros, entre ellos Criando a Trump, en 2017, contando detalles escabrosos de su vida como co-dueña del imperio. “No le tengo miedo a nadie: periodistas, activistas o ex maridos”, publicó.
La teoría de la muerte de Ivana, todavía sin confirmar
Los servicios de emergencia atendieron una llamada de emergencia en el domicilio de Ivana Trump, situado en el lujoso barrio Upper East Side de Manhattan, donde fue encontrada muerta, a sus 73 años, tirada en el suelo en los últimos peldaños de la escalera de su vivienda por el personal del edificio. Su fallecimiento por “insuficiencia cardíaca” fue declarado a las 12:40 del mediodía.
El rotativo estadounidense New York Times asegura que la Policía de Nueva York investiga la repentina muerte de Ivana Trump como un posible accidente al haber caído por las escaleras y menciona que “uno de los agentes dijo que no había señales de entrada forzada en la casa y que la muerte parecía ser accidental”. Un médico forense determinará las causas exactas de su muerte.
Tenía “miedo a contraer el virus” de COVID19. De hecho, este viernes había planificado emprender su primer viaje internacional desde que dio comienzo la pandemia. Saint Tropez, en Francia, iba a ser su destino, según le contó a su mejor amiga días antes de morir trágicamente.
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