
¿Dismorfia corporal?
Alarma en el Parlamento británico: sus diputados se ven demasiado obesos
Según ha declarado el parlamentario laborista Wes Streeting, hacen un uso masivo de las inyecciones para adelgazar

Medio en broma, medio en serio, el parlamentario laborista Wes Streeting, secretario de salud, ha comentado que los medicamentos para bajar de peso se han convertido en el tema de conversación recurrente en la Cámara de los Comunes y en los salones de té. La mitad de los parlamentarios recurre a las inyecciones, según dice.
Lejos de hacer crítica, Streeting considera que este tipo de fármacos debería estar disponible según las necesidades de los ciudadanos, no según el volumen de su cuenta corriente. Por eso, se ha comprometido a ampliar su acceso. "El vínculo estrecho entre la obesidad y la pobreza significan que muchas personas que necesitan las vacunas no pueden costearlas", dice.

Actualmente, a los adultos con un índice de masa corporal (IMC) de 35 o más, o de 30 pero con una afección médica relacionada, se les pueden recetar el fármaco a través de los servicios especializados del sistema de salud pública NHS. El resto paga cientos de libras al mes para recibir las inyecciones de forma privada.
Inyecciones para todos
"Si puedes permitirte estas inyecciones para bajar de peso, que pueden costar más de 200 libras al mes, no hay problema", dijo Streeting. "Pero la mayoría de la gente en este país no tiene ni 2500 libras al año de sobra, y a menudo quienes padecen la obesidad más grave y problemática también tienen los ingresos más bajos.
Además de las vacunas para bajar de peso, pondrá en marcha programas de ayuda a la población para estar en buena forma física e implementar hábitos de nutrición saludables. Este es, según ha expresado, el punto principal del debate. "No se trata de que puedas inyectarte inyecciones para bajar de peso y atiborrarte de Jaffa Cakes". La obesidad le cuesta al NHS miles de millones de libras al año, lo que obliga, dice, a que los impuestos "sigan subiendo y subiendo" para pagar el creciente costo del servicio de salud.
Políticos como Boris Johnson y Robert Jenrick han confirmado públicamente el uso de medicamentos para bajar de peso. El exprimer ministro señaló hace un tiempo a la iglesia como culpable de la reciente epidemia de obesidad infantil que asola el Reino Unido.

En declaraciones recogidas por "The Times", opinó que el fracaso de la Iglesia en proporcionar a las personas el "sustento espiritual" que necesitan estaba llevando a la gente a "darse atracones". "Cuando era joven era raro ver a un chico gordo en clase. Ahora están todos gordos y me dispararían por decir que son gordos, pero es la verdad".
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