Irene Montero, número dos de Podemos, aprovechó el uno de mayo para reclamar acción al Gobierno: "Debe ponerse a trabajar porque se le va la fuerza por la boca", declaró con enojo durante la manifestación del Primero de Mayo. Como no hay enfado que cien años dure, la exministra de Igualdad sanó sus penas el fin de semana junto a sus hijos dejando que sus tres hijos convirtiesen su rostro en un lienzo en blanco.

¿Qué podía pasar? Ante tan inocente sugerencia y con una caja de pinturas a su alcance, los pequeños dieron rienda suelta a su creatividad. En cuestión de minutos, la tarde se convirtió en un taller experimental. El resultado lo compartió en su cuenta de Instagram con un comentario: ¿Vuestro sábado bien?

"Una obra de arte", respondió una de sus seguidoras. Cabe esperar que las pinturas fuesen lavables y la exministra, actual eurodiputada, no tenga que regresar al Parlamente Europeo de esta guisa y batallar por su particular visión del feminismo con unos coloretes que harían palidecer a cualquier payaso de circo.

Con su vida a caballo entre Bruselas y el municipio madrileño de Galapagar, Montero, que en el plano sentimental se define como una mujer tradicional que nunca abriría su relación ni practicaría el poliamor, disfruta de su vida familiar junto a Pablo Iglesias, sus tres hijos, los mellizos Manuel y Leo y Aitana, y los perros adoptados que conviven con ellos desde hace años.

Mientras, la Taberna Garibaldi, fundada por Iglesias, el poeta Sebastián Fiorilli y el cantautor Carlos Ávila, vive el peor momento de su corta vida. El Ayuntamiento de Madrid ha multado al exlíder de Podemos por incumplir los límites de aforo en su local del barrio de Lavapiés. Ante esto, su mujer ha invitado a sus seguidores a colaborar en el proyecto de cofinanciación a través de un vídeo difundido en redes sociales.

"Amigos, amigas, amigues"

"Amigas, amigos, amigues, no lo hagáis por las canciones, porque además Pablo Iglesias no canta tan bien. Pero apoyad a la Taberna Garibaldi, porque la taberna es un espacio de encuentro donde nunca sentirnos solas”, dice en su presentación. En su discurso, Montero defiende el local como un lugar "para pasar un buen rato y sobre todo para recordar que pensar como pensamos, militar y querer transformar el mundo es una de las cosas de las que más orgullosas podemos estar".

La Taberna abrió hace unos días un "crowfounding" en busca de financiación popular para ampliar el espacio y buscar "un local más grande para acoger más iniciativas culturales".