Aniversario
Aznar, fiesta en el Teatro Real por su 70 cumpleaños: presencias y ausencias
El expresidente ha reunido a la vieja guardia del PP con Núñez Feijóo y el alcalde Almeida, entre otros invitados
Cambiar de década no solo significa echarse un año más encima, sino que sirve, según el ánimo, para recalcar el transcurso del tiempo o para abrir década una vez hechos todos los ajustes oportunos. José María Aznar cumple hoy 70 años y encuentra razones para darse un festín de vida. La celebración tendrá lugar en uno de los espacios del Teatro Real reservados para eventos privados. Habrá cena, canciones y discursos emotivos, al tiempo que en la sala principal de este emblemático edificio se representará y retransmitirá en directo la ópera de Francesco Corselli «Aquiles en Esciros», una de las óperas cumbres del barroco español. LA RAZÓN ha podido confirmar la asistencia de sus antiguos colaboradores y políticos históricos, como Ángel Acebes o Jaime Mayor Oreja, y otros dirigentes como es el caso del alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, y el presidente del partido, Alberto Núñez Feijóo. Según nos indican, es una fiesta privada que tiene como fin hacerle sentirse querido. El expresidente estará arropado también por su círculo de amigos, familiares y, por supuesto, de Ana Botella. Su esposa es su compañera de vida desde que se conocieron cuando eran estudiantes de Derecho. Según ha confesado Aznar a lo largo de este tiempo, tuvieron prisa por casarse y, después de 45 años juntos, forman una «especie rara hoy en día».
Uno de los invitados más cercanos a él es Jaime Mayor Oreja, amigo y ministro de Interior en la primera legislatura, y ha querido dirigirle, desde este periódico, unas palabras de cariño previas a la celebración: «Será un acto de gratitud al amigo y al expresidente. Evidentemente, aportó mucho a la democracia, pero además buena parte de los que le acompañaremos le debemos nuestra proyección. Por mi parte, su amistad significa mucho y creo que es un sentimiento compartido por todos los invitados».
En su opinión, la celebración es una buena excusa para recordar que «fue un presidente singularmente sólido para la democracia española, el presidente con mayor capacidad de solidez y equilibrio y mayor capacidad creciente de ejercitar el liderazgo». El exministro no entiende que se considerase la segunda legislatura como una etapa de decadencia. «Es un error pensarlo. Avanzó en proyecto político y en liderazgo y es importante entender su papel en España». En cualquier caso, insiste en que el cumpleaños tendrá un carácter exclusivamente privado y de cercanía con motivo de este cambio de década.
Los invitados confían en que será un acto alegre y de unidad en el que se verá la buena sintonía con Núñez Feijóo, a quien reconoce un liderazgo adecuado «porque se acerca correctamente a la moderación y da confianza». Aznar tiene doble motivo para festejar. En una semana se cumple el aniversario de su victoria en las elecciones generales de 1996 y su llegada al Palacio de la Moncloa. Es algo que repite de manera periódica. Hace ahora trece años, reunió en un almuerzo en Sevilla a los componentes de su primer equipo tras ser elegido presidente del PP. Hubo ausencias, como las habrá hoy. Por ejemplo, Rodrigo Rato. También le acompañó su esposa y el entonces alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón. «Con 20 años más y recordando bonitos momentos», declaró.
En aquel almuerzo sevillano estuvo también Arturo Moreno, exasistente de Aznar y expresidente de Telemadrid, que hoy será uno de los maestros de ceremonias en el Teatro Real o al menos tendrá un punto protagónico con la lectura de uno de los discursos. Aznar no es muy dado a la nostalgia, pero en su cuenta de Instagram parece que en estos últimos días ha experimentado esta sensación recordando, por ejemplo, una imagen de la conferencia que impartió en el Club Siglo XXI en 1988. «Hoy como entonces -escribe en la publicación- creo que hay otra España posible. Lo hicimos y lo tenemos que volver a hacer». Ha compartido también otra fotografía con la equipación del Real Madrid, en 2001, junto al histórico futbolista Amancio Amaro, recientemente fallecido. «Vimos mucho fútbol juntos compartiendo muy buenos momento», recuerda.
Llega a los 70 en excelente forma mental y física. Desde que dejó la presidencia del gobierno, no ha dejado de hablarse de sus abdominales, a veces con cierta pelusilla. El secreto de su legendaria tableta lo desveló, antes de fallecer, su amigo y entrenador personal Bernardino Lombao: tabla de abdominales, disciplina y mucho sacrificio. En sus rutinas incluyó running y un estricto programa de ejercicios aeróbicos, anaeróbicos, de fuerza y de velocidad.
Villalobos, ausente, le envía su felicitación
Con su habitual desenfado, Celia Villalobos, ministra de Sanidad en el Gobierno de Aznar, indica a LA RAZÓN que no ha recibido invitación para asistir a su 70 cumpleaños. «Es razonable porque nuestro contacto ahora es nulo. La última vez que coincidí con él, después de mucho tiempo, fue en el tanatorio de la Paz cuando falleció mi marido, Pedro Arriola, hace poco más de un año», dice. Su esposo fue asesor del PP y hombre de confianza del expresidente. «Tuvimos un estrecho vínculo durante años y fue un gran presidente que gobernó desde la unidad y un gran amigo, pero los tiempos son otros. No le doy mayor importancia al acto. Da igual cumplir 70 que 72. Es una celebración privada y la comparte con quien él desea», asegura sin querer entrar en detalle sobre los motivos que han dañado los cimientos de la relación. Será una de las ausentes, pero no desecha la oportunidad de enviarle desde estas líneas su particular felicitación de cumpleaños.
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