Abusos
El lado oscuro del apellido Musk: las acusaciones que persiguen al padre del magnate tecnológico
Errol Musk, de 79 años, acusado de presuntas décadas de abusos sexuales contra cinco de sus hijos e hijastros, entre ellos una mujer con la que terminó teniendo un hijo
El apellido Musk, sinónimo de innovación, conquista espacial y fortunas de otro mundo, arrastra también una herencia incómoda, marcada por acusaciones que resuenan como ecos en una tragedia familiar. Mientras Elon Musk se proyecta como uno de los hombres más poderosos e influyentes de la era tecnológica, el pasado de su padre, Errol Musk, de 79 años, emerge en los titulares con la fuerza de un secreto imposible de contener: presuntas décadas de abusos sexuales contra cinco de sus hijos e hijastros, entre ellos una mujer con la que terminó teniendo un hijo.
Según un extenso reportaje del "New York Times", las primeras acusaciones se remontan a 1993, cuando una hijastra de apenas cuatro años lo señaló de haberla tocado. Años después, ella misma afirmó que sorprendió a Errol hurgando en su ropa interior. Con el tiempo, mantuvo una relación con él de la que nació un hijo, una historia que Musk padre justificó como el encuentro de "dos almas solitarias", pero que la familia describió como una herida imposible de cerrar.
Ninguna condena
Estas no han sido las únicas denuncias. Documentos judiciales, correspondencia familiar y entrevistas dibujan un patrón de acusaciones en Sudáfrica y California. Se mencionan hijas, hijastros y hasta un niño de cinco años, que habría relatado un episodio de abuso en 2022. Ninguna de las investigaciones derivó en condenas; algunas fueron archivadas, otras se perdieron en la burocracia judicial. Pero el estigma permanece, acompañado de cartas desesperadas de familiares que durante décadas imploraron la intervención de Elon, en busca de protección y apoyo.
El propio Musk ha admitido, en entrevistas y en la biografía escrita por Walter Isaacson, el miedo y el resentimiento hacia su padre. Lo describió como un hombre capaz de "casi todas las cosas malas que puedas imaginar", un patriarca cuya figura se alza como el reverso oscuro de su propio relato de éxito. Esa tensión explica el distanciamiento: el magnate de Tesla y SpaceX rara vez aborda el tema en público, aunque en privado ha ofrecido ayuda económica a hermanas, madrastras y sobrinos, en un intento de reparar lo irreparable.
Errol, por su parte, lo niega todo. Califica las acusaciones de "absurdas" y acusa a sus familiares de manipular a los niños con el fin de extorsionar a su hijo multimillonario. La imagen que intenta proyectar es la de un empresario sudafricano de éxito, con vínculos estrechos con Elon, aunque la realidad apunte a una fractura irreconciliable.
El apellido Musk carga así con una paradoja: mientras uno de sus herederos se erige en el máximo símbolo del progreso tecnológico, el patriarca familiar aparece asociado a un relato de dolor, acusaciones y traiciones. En esta tensión entre el genio visionario y el padre caído en desgracia se dibuja una historia que trasciende lo privado para convertirse en una metáfora contemporánea: incluso las dinastías que pretenden conquistar Marte arrastran sus propias catástrofes terrenales.