Cargando...

Política

El nieto de JFK seduce a los «pijiprogres» para enfilar la Casa Blanca

Tiene 32 años, es hijo de Caroline Kennedy y ha anunciado que se presenta a la Cámara de Representantes

Jack Schlossberg visits The Empire State Building on September 17, 2024 in New York City. Michael LoccisanoAFP

En el brillante mundo de los focos, es habitual que los hijos de artistas hereden el escenario como si formara parte del ADN familiar. Hollywood y la industria musical están llenos de dinastías que se continúan generación tras generación, pero en política, sin embargo, ese fenómeno no se reproduce con la misma facilidad. A menudo, quienes crecen a la sombra de un apellido célebre prefieren mantener distancia frente a un legado marcado por críticas encarnizadas, derrotas públicas y un escrutinio que deja poco margen para el error.

En Francia, uno de los ejemplos más llamativos es el de Louis Sarkozy, el hijo de Nicolas Sarkozy, que se presenta a la alcaldía de Menton en las próximas municipales. Al otro lado del Atlántico, la atención se dirige ahora hacia John Bouvier Kennedy Schlossberg, Jack para los amigos, único nieto vivo de John F. Kennedy, que acaba de anunciar su candidatura para ocupar el escaño del duodécimo distrito congresual de Nueva York, vacante tras la retirada del veterano demócrata Jerrold Nadler. Jack es hijo de Caroline Kennedy y del artista Edwin Schlossberg. Creció en el corazón de la élite neoyorquina, rodeado de la «crème de la crème» cultural y política de Manhattan. Su trayectoria académica responde al canon del heredero de la Costa Este: Historia en Yale, Derecho en Harvard y una socialización marcada por cenas filantrópicas y nombres de alta sociedad. Sin embargo, esa educación intachable convivía con una faceta más desenfadada y provocadora: durante años, sus redes sociales mostraron a un joven espontáneo, casi siempre sin camiseta, que alternaba bailes hiperfeminizados con reflexiones absurdas que habrían resultado ridículas de no ser por su carisma natural. Jack ha heredado los rasgos magnéticos de su abuelo y de su tío, el malogrado John John Kennedy, junto con ese aura de encanto irresistible que ha convertido a muchos hombres de la familia en iconos culturales más allá de la política.

Caroline Kennedy y su hijo, John " Jack " Schlossberg Gtres

Ahora, esa presencia pública adquiere una tonalidad distinta. El bañador da paso a los trajes a medida, los videos virales se sustituyen por discursos y los guiños al legado familiar se convierten en estrategia electoral. En un país que presume de no tener monarquía, buena parte del poder simbólico sigue orbitando alrededor de sus propias dinastías políticas, y los Kennedy son, sin duda, su familia real más persistente. Aun así, esta será la primera vez que un descendiente directo de John F. Kennedy aspire a un cargo electo, un detalle que dota a la candidatura de Jack de una carga histórica particular.

Activismo en redes

Su desembarco no ha sorprendido a quienes seguían la campaña de Kamala Harris, en la que se convirtió en uno de sus apoyos más visibles, su implicación progresista ha sido cada vez más evidente. Jack asistió a numerosos actos, acompañó a la entonces candidata en mítines clave y llegó a recorrer el país en el llamado «autobús de la libertad reproductiva», una caravana destinada a defender el derecho al aborto en las regiones más conservadoras del país. Ese activismo, fresco y sin miedo a la exposición, consolidó su imagen como rostro joven de un progresismo que busca renovar sus estructuras.

Él mismo se define como un «demócrata de nueva generación», una etiqueta que ha despertado entre las élites progresistas una suerte de nostalgia por el apellido Kennedy. No es casual que en sus redes sociales hayan desaparecido las imágenes informales para dar paso a fragmentos de discursos históricos de su abuelo. Tampoco evita la confrontación con la administración Trump, a la que acusa de concentrar poder y provocar «una crisis constitucional», haciendo hincapié en el reciente cierre de Gobierno, el más largo de la historia. Con la reciente victoria del demócrata Zohran Mamdani en la alcaldía de Nueva York, el ascenso de Jack Schlossberg al Congreso se antoja menos improbable. Su distrito incluye zonas estratégicas de Manhattan, como el Upper East Side, el Upper West Side y Midtown, territorios donde un electorado muy acomodado podría ver en él la mezcla perfecta entre renovación y tradición. Las nuevas pijas y pijos de la Gran Manzana tienen sed progresista. Y él lo sabe.