Joya

Exclusiva: Doña Letizia cede la diadema flor de lis a una exposición sobre «Ena»

El contexto es un homenaje de Patrimonio Nacional a la reina Victoria Eugenia

Doña Letizia con la diadema flor de lis
Doña Letizia con la diadema flor de lis Gtres

La figura de la Reina Victoria Eugenia está más de moda que nunca. Si no bastara con la serie que TVE está a punto de estrenar, titulada «Ena», el nombre familiar de la Reina, Patrimonio Nacional anuncia su particular homenaje a la mujer de Alfonso XIII con la exposición «Victoria Eugenia», que pretende ser todo un éxito al atraer a los fanáticos de la monarquía y de una de las reinas más conocidas de nuestra historia.

Según recordaba la Monarca en un reportaje, la intención del joven Alfonso no era casarse con ella, sino con su prima Beatriz, pero se acabó enamorando de la joven Battenberg, a quién llegó a enviar una postal semanalmente durante su noviazgo a distancia.

El rey Alfonso XIII y su esposa, la reina VIctoria Eugenia de Battenberg, el día de su boda en 1906.
El rey Alfonso XIII y su esposa, la reina VIctoria Eugenia de Battenberg, el día de su boda en 1906. Agencia EFE

Tras salvar los escollos de esta unión, como que la propia madre del Rey, la Reina María Cristina, no viera con buenos ojos aquel enlace por considerar a la princesa británica de rango inferior a su único hijo varón, la Casa Real anunció el 9 de marzo 1906 el compromiso, que tuvo lugar unas semanas después, el 31 de mayo de ese mismo año. Fue en aquella ceremonia cuando Victoria Eugenia lució una de sus joyas más conocidas y que más se asociarían a lo largo de la historia con ella. Se trata de la diadema de las lises, un regalo que encargó el propio Rey a la firma madrileña Ansorena. La tiara está considerada como la más importante del joyero real ya no solo por su diseño y valor de sus piedras, sino por el significado que tiene para la propia familia: el diseño presenta tres flores de lis, el símbolo de la casa Borbón, realizadas en diamantes en forma de cestillo engastados en platino. Llama la atención, además, por sus dimensiones y está considerada como una de las más espectaculares de las monarquías europeas. Su diseño original, además, fue alterado en 1910 para añadirle unas charnelas que permiten lucirla abierta o cerrada. La importancia de esta pieza es tal que es la estrella de las denominadas «joyas de pasar», el juego de alhajas que pasan de una reina a otra por expreso deseo de Victoria Eugenia. Es una pieza destinada, además, para las reinas reinantes, de ahí que de Ena pasara a María de las Mercedes, que esta se la cediera a Doña Sofía y que esta última hiciera lo propio cuando Felipe VI accedió al trono. Doña Letizia la lució por primera vez en 2017, en la visita de Estado del presidente argentino Mauricio Macri y, desde entonces, se ha convertido también en una de sus joyas fetiche.

Doña Letizia luce un vestido hecho a medida de Carolina Herrera que lució en la cena de gala de la entronización de Naruhito de Japón y la tiara de la Flor de Lis. Una creación de Ansorena que Alfonso XIII entregó a la Reina Victoria Eugenia.
Doña Letizia luce un vestido hecho a medida de Carolina Herrera que lució en la cena de gala de la entronización de Naruhito de Japón y la tiara de la Flor de Lis. Una creación de Ansorena que Alfonso XIII entregó a la Reina Victoria Eugenia.larazon

De hecho, si Doña Sofía posó para sus retratos oficiales con la tiara Mellerio o la de perlas de Cartier (también herencia de Victoria Eugenia), Doña Letizia ha preferido siempre la de las flores de lis, llamada también «la buena». Consciente del significado que tiene esta joya para la historia de nuestra monarquía y, sobre todo, para la figura de Victoria Eugenia (una Reina que consiguió acumular una colección de piezas de las más espectaculares de su tiempo), LA RAZÓN puede avanzar que la tiara de la flor de lis estará presente en la exposición «Victoria Eugenia». De esta manera, el público podrá volver a contemplar esta pieza que no se exponía desde 2009, cuando la Casa Real la prestó para la exposición «El esplendor refulgente: la Diadema», en la casa Ansorena. De esta manera, la Jefatura del Estado parece querer plantear otro tipo de relación con la sociedad, consciente del significado que tienen todos estos accesorios para la representación de nuestro país.

Las otras joyas de Victoria Eugenia

Además de la tiara de la flor de lis, es muy famoso el «riviere» de diamantes de la Reina Victoria Eugenia, uno de los más espectaculares de su tiempo al que tras cada celebración familiar importante añadía más chatones. La colección de tiaras de la Monarca tampoco era nada despreciable. A la mencionada de Ansorena, poseía la tiara Chaumet de turquesas, que luego reemplazó por diamantes, la de aguamarinas o la sutil coronita de diamantes. De todas ellas, lamentablemente la Familia Real solo conserva la de lis y la de Cartier, en su versión perla. Porque la desamortización no solo afectó a las tierras, también a los joyeros reales. Y el español, no fue una excepción.