Estío gubernamental
El retiro de Sánchez digno de un marajá en La Mareta: 850.000 euros
El Gobierno se va de vacaciones y hasta Bolaños, que no es de bañador, ha prometido uno bien grande
Como quien cuenta los pollos antes de nacer, Pedro Sánchez y Fernando Grande-Marlaska se entregaron a la operación bikini sin esperar al boletín de notas: ayuno intermitente, natación, running y algo de fuerza. Cuando llegaron los cates, que han sido muchos, sus cuerpos estaban ya hechos al verano. Aunque el bañador les vendrá grande, mantienen el tipo, al menos lo suficiente para lucir palmito. El ministro del Interior, en un destino incierto. El presidente, en La Mareta.
En este palacio de Costa Teguise (Lanzarote), tiene su particular Pazo de Meirás. Rescatará su colección de camisas con estampado tropical y bermudas y se dejará ver lo justo por la isla. No le quieren. Ni a él ni a su mujer, Begoña Gómez. Se lo advirtió bien claro en un comunicado Astrid Pérez, líder popular en Lanzarote y presidenta del Parlamento canario: «No es bienvenido ni digno de esta isla. Es una cuestión de higiene política y de respeto al pueblo de Lanzarote… Su sola presencia contamina…. No pinta nada»
No fue la única, pero es inmune a reproches y desafecciones públicas. Tal vez lo que no haga sea exponerse en mercadillos, como sí ha hecho otros años, donde pueda tomarle el pulso a su impopularidad. Tiene el recurso de cenar en alguno de los restaurantes de Teguisa, Arrecife o Haría, a puerta cerrada y con el máximo sigilo, con su esposa y sus dos hijas, Ainhoa y Carlota, de 20 y 18 años.
Vacaciones blindadas
Aficionado al mountain bike, suele recorrer rutas naturales aptas para el ciclismo natural a primera hora del día, que duran entre 40 y 50 minutos. También camina o corre por senderos costeros. Cualquier salida sigue la pauta de la discreción, una exigencia de la que se ocupa su personal de seguridad. Realmente, desde que llega a La Mareta se blinda para vivir sus vacaciones a cuerpo de rey. No en vano, este palacio lo mandó construir Hussein de Jordania a finales de los 70 del siglo pasado. En1989 se lo regaló al Rey Juan Carlos I, quien lo cedió al Estado español para ser gestionado por Patrimonio Nacional.
Tiene más de 30.000 metros cuadrados, dos piscinas, un lago, helipuerto, 1.900 metros construidos y diez bungalows independientes, amplios jardines con vegetación autóctona y vistas privilegiadas al océano Atlántico. Varias semanas antes de la llegada de Sánchez, ya se despliega un amplio dispositivo de seguridad.
El coste anual de La Mareta, a cargo del erario, ronda los 850.000 euros, en concepto de mantenimiento, limpieza, seguridad, suministros y arreglos puntuales. En 2024, por ejemplo, se adjudicó un contrato anual de limpieza por casi 124.000 euros. Cuatro personas de servicio trabajan de manera permanente en el complejo. Durante su estancia, el matrimonio no tiene necesidad de ponerse el delantal, lo que nos lleva a descartar toda fantasía culinaria al estilo de Nicholson y Jessica Lange en «El cartero siempre llama dos veces».
Si echamos la vista atrás, no parece que ningún presidente del Gobierno se haya tomado tantas vacaciones como las que disfruta Sánchez a lo largo del año, especialmente en residencias oficiales. Ni Felipe González ni José María Aznar ni Mariano Rajoy hicieron un uso tan prolongado. Con tanta pompa, se entiende el acomodo de Sánchez. Puede entregarse a la lectura, series, paseos y música clásica o jazz. Es habitual que la familia reciba la visita de amigos o invitados. Sus estancias en La Mareta siguen cada año un mismo patrón de retiro silencioso, solo interrumpido por su móvil, operativo durante todos estos días.
Cultura árabe
Entre sus lecturas podrían estar las recomendadas por José Manuel Albares: «Cócteles tangerinos» de Alberto Gómez Font, y «Josephine» de Luis Salvago, dos libros vinculados a la cultura árabe. La mayoría de los ministros tiene uno de esos pueblos a los que volver para conectar con sus raíces aprovechando sus vacaciones, en general bastante más austeras que las de su líder. El de Margarita Robles es Sahagún. En este municipio leonés, situado entre los ríos Cea y Valderaduey, se conocieron sus padres y desde niña tiene un gran apego emocional. Aunque ha restado importancia a los mensajes en los que el presidente se refería a ella como «una pájara», el descanso leonés le dará un buen soplo de aire fresco.
Félix Bolaños encuentra su lugar favorito en Villafranca de los Caballeros, el municipio toledano ligado a su infancia y a la biografía familiar. De allí es también su pareja, Fátima Rodríguez. En esta tierra de secano, no necesita demasiado desembolso en bañadores, aunque este año, según prometió a Thais Villas, en «La Sexta», sí comprará algunos. «Van a tener cuanta más tela, mejor», le anticipó.
Quien llega cargada a su destino vacacional, Cercedilla, es Mónica García, que viaja con su carta de presentación política: tres hijos. Se cumplen dos años de su divorcio con el ejecutivo Enrique Montañés García y en esta localidad de la Sierra de Guadarrama encuentra el abrazo de su gente. Es copropietaria de una casa en la colonia de Camorritos, heredada de su madre. También es aficionada a la autocaravana. Aunque el Ministerio de Sanidad desembolsó más de 16.000 euros para que este año tuviese su propia carroza en el Orgullo, se supone que no la empleará para estos menesteres.
Óscar Puente, turista habitual en Marbella, este verano sumará a los palos de golf el carrito de su retoño Óscar, su tercer hijo, nacido en mayo de su relación con Yasmina Gregori. Le gusta el mar y ha pasado algunos de sus veranos navegando por Formentera a bordo de yates de lujo junto a amigos. Galicia, la tierra paterna, está también marcada en su calendario. La cita familiar en la zona de Sarria o A Mariña Lucense es imperdonable.
La ministra Yolanda Díaz, cuya morriña por Galicia se ha convertido en asunto de Estado, regresa a Bayona (Pontevedra), junto a su hija. Allí se reencuentra con sus amigos y algunos familiares. Entre sus lugares favoritos, el Mesón Fidalgo, Monte Boi y la zona del Castillo de Monterreal.
En ninguna hoja de ruta aparecen las zonas afectadas por la dana valenciana, a pesar de la petición de Sánchez a los españoles. Consejos vendo que para mí no tengo.