Perfil
Sara Aagesen, la buena vida de la ministra con apariencia teresiana
Por su mutismo, la ministra para la Transición Ecológica podría ser ejemplo de sostenibilidad institucional. Vive en el exclusivo barrio de La Moraleja y es madre de dos hijos. ¿Qué más conocemos de ella?
Huella ecológica cero. Ninguna emisión. Sara Aagesen, vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, podría ser el sueño de Greta Thunberg, un ejemplo de sostenibilidad institucional digno de estudio en las cumbres del clima. Hasta el día del apagón, no había dejado rastro político alguno. Cuando, varias horas después de que España fundió a negro, el 28 de abril, compareció sin explicar, muchos ciudadanos buscaron su nombre en el BOE. Fue entonces cuando cayeron en la cuenta de que se trataba de la ministra que ocupó el puesto de Teresa Ribera tras su cese.
Otra parte de la ciudadanía buscó en la hemeroteca y encontró su nombre preferentemente en las páginas de estilo donde los expertos de moda han tenido ocasión de seguir su estética sobria, clásica y con elementos que identifican a la mujer de clase alta española que viste elegante sin esfuerzo. Mocasines, chaquetas de tweed, blazers y pantalones anchos y complementos muy sutiles, como pendientes pequeños o de perlas y pulseras de hilo o goma. El peinado, impecable e igualmente discreto.
Dislexia y ADN danés
Para su toma de posesión como ministra, escogió un vestido negro de falda cruzada y un cárdigan gris adornado con lentejuelas en la solapa muy del estilo del que creó Coco Chanel y han popularizado firmas como Miu Miu o Prada. Una imagen calificada como "de chica bien española", "teresiana", "un clásico entre las españolas de derechas" o "muy del Opus de toda la vida".
Aagesen lleva el minimalismo en su ADN paterno. Nació en Madrid en 1976 y es hija de madre española y padre danés. ¿Qué más se sabe de la ministra que el apagón eléctrico ha puesto en el punto de mira de los españoles?
En su discurso durante la toma de posesión del cargo, mostró su faceta más personal y habló de una condición poco conocida: la dislexia. A la ministra le fue diagnosticada en su infancia y agradeció a sus padres su decisivo papel: "Siempre me apoyaron, desde que muy pequeña detectaron que era una niña con dislexia y parecía que iba a tener problemas de comunicación... Mis padres me acompañaron en ese momento, siguieron acompañándome en una carrera de ingeniería química y hasta ahora".
En ese momento, se dirigió a su madre, presente en la sala: "Mamá, ahí la tengo emocionada… Gracias por apoyar a esa niña curiosa, con tanto apetito y hambre de reconocimiento constante". Y dedicó unas emotivas palabras a su padre, ya fallecido. "Mi padre, que ya se fue, un ingeniero con mucho ingenio y que hablaba de ingeniería de algo que tenía un poder de transformación de dar solución a los grandes retos de esta sociedad... Por eso es importante que nos inspiren, que nos despierten vocaciones. Yo he tenido la suerte de conseguirlo. Especialmente para las niñas, para los niños también, pero sobre todo para las niñas".
Vivienda en La Moraleja
Aagesen estudió en el colegio privado Los Sauces, ubicado en La Moraleja, una zona residencial de alto nivel en Alcobendas (Madrid). Posteriormente, se licenció en Ingeniería Química con especialización en Medio Ambiente en la Universidad Complutense de Madrid. En 2002 se incorporó a la Oficina Española de Cambio Climático y en 2013 recibió la Cruz de la Orden Civil del Mérito Medioambiental, otorgada por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Fue la mano derecha de su antecesora en el ministerio, Teresa Ribera.
Es madre de dos hijos y comparte su vida con el ingeniero químico Diego Fernández-Polanco, en el exclusivo barrio del Soto La Moraleja, considerado uno de los pulmones verdes del norte de Madrid por la abundancia de zonas ajardinadas. El precio medio del metro cuadrado de sus viviendas se sitúa entre 5.000 y 7.000 euros.
Por su reservado carácter, se sabe poco de su vida privada. Aunque tiene cuenta en Bluesky, la alternativa a X, su presencia es meramente profesional. Su marido fue cofundador de la empresa teCH4+, que se dedica a ofrecer soluciones ecológicas para la gestión de residuos con su famosa hidrólisis térmica. En una de sus escasas entrevistas, en Ambienta, confesó que "comprobar cada día que sus hijos son una fuente renovable de sonrisas y energía" le recarga las pilas.
Si no hubiera sido ingeniera química, la ministra asegura que habría estudiado Biología, un campo que le apasiona. Como vicepresidenta tercera y ministra de la Transición Ecológica, recibe 87.134,64 euros anuales, lo que equivale a unos 7.261,22 euros al mes, según fuentes oficiales. Su próxima comparecencia en el Congreso de los Diputados será el 14 de mayo, donde se espera que ofrezca explicaciones más detalladas sobre las causas y las medidas adoptadas tras el apagón.