Polémica
¿Por qué no se cuida María Teresa Campos?
Una fuente muy cercana a la veterana periodista nos revela que “ni tan siquiera tiene ganas de teñirse las canas, ha envejecido más en los últimos meses que en los últimos años”
Ni su familia ni sus amigas de toda la vida entienden esa dejadez que planea sobre la figura de María Teresa Campos. Su última aparición pública demuestra un desinterés sorpresivo por cuidar su imagen, algo que nunca había sucedido en el pasado.
Una fuente muy cercana a la veterana periodista nos revela que “ha perdido la ilusión por recuperar su estatus profesional, porque esa llamada que esperaba de Mediaset para volver a la televisión no se ha producido. Los desencuentros familiares entre sus hijas y su nieta, las declaraciones de Edmundo Arrocet, revelando episodios tan íntimos como el del préstamo de los cincuenta mil euros, le han sumido en un estado de infinita tristeza. Ni tan siquiera tiene ganas de teñirse las canas, ha envejecido más en los últimos meses que en los últimos años. Por lo menos, en cuestión de imagen”.
A su lado, el más incondicional, su chofer, amigo y confidente Gustavo, más que un empleado un hijo, que es su paño de lágrimas, el guardián de sus mayores secretos. Quizá sus hijas, Terelu y Carmen, y su nieta Alejandra, deberían dejarse de enfrentamientos absurdos y preocuparse más por Teresa. Porque no todo consiste en lamentarse de su estado desde un plató de televisión. La cercanía y el cariño, a veces, suelen obrar el milagro.
Duele ver a una mujer que ha demostrado una fortaleza increíble, mostrando una cara bañada por la tristeza y el desasosiego. Es injusto.
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