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Traspasa límites
Anabel Pantoja está rodeada de sus seres queridos, mientras aguarda buenas noticias desde una sala de espera del Hospital Materno Infantil de Gran Canaria. La pequeña Alma continúa ingresada en la Unidad de Medicina Intensiva, evolucionando favorablemente, aunque aún se encuentra en un estado definido como grave. Nadie quiere restar hierro al asunto al tratar la cuestión, poniendo de relieve la delicada situación por la que atraviesa la sobrina de Isabel Pantoja y su pareja, David Rodríguez. Lo hacen pasando las 24 horas del día, durante toda la semana, en el centro médico. No desde una sala privada gozando de privilegios, como se ha llegado a publicar buscando criticar en momentos complicadísimos.
Así de claro lo quiso dejar Belén Esteban a su regreso a ‘Ni que fuéramos Shhh’ tras acompañar a su amiga en la isla. Su regreso no ha sido nada sencillo, de hecho, se tomó el lunes libre para digerir las emociones y el martes regresó muy emocionada, para después desmentir falsedades y poner en su sitio a muchos que habían trasgredido con sus opiniones. Es viernes y no aguanta más. Mucho menos a Víctor Sandoval, que ha traspasado los límites a la hora de hablar de Anabel Pantoja. O, más bien, a la hora de hacer incómodas preguntas cuya respuesta implicaría entrar en unos detalles que, por el momento, la familia prefiere mantener en la más estricta intimidad. También su buena amiga Belén, que ha terminado agotada por culpa de su compañero de plató.
A Víctor Sandoval le sorprende que al hospital acudan todos los Pantoja y numerosos amigos de la pareja, siendo muchos de ellos famosos, de ahí que se haya hecho una larga lista de visitantes. Entre ellos destaca la propia Belén Esteban. Es ahí cuando el colaborador quiso conocer más detalles sobre cómo se organizan las visitas dentro del centro médico, cómo se turna la gente para estar al lado de la pareja o cómo son los horarios y protocolos que están siguiendo durante el ingreso de la pequeña Alma: “Explícame cómo lo hacéis, ¿os turnáis? No lo entiendo”, planteaba, consiguiendo un zasca por respuesta: “Es que no te interesa entenderlo”, les espetaba su amiga. Ante su insistencia, recibía otro igual: “Madre mía, de verdad Víctor, ya está, la madre y el padre están allí y los amigos vamos a visitar y punto”, trataba de zanjar tan incómoda conversación. Y es que podrían desvelarse detalles íntimos que no vienen a cuento por plantear cuestiones inoportunas.
Pero Víctor Sandoval no parecía conforme e insistía en reformular la misma pregunta para obtener una respuesta que le fuese satisfactoria. Necesitaba saciar su curiosidad y, aunque conoce muy bien a su amiga, no se percataba de los gestos de cabreo que no disimulaba y que se estaba convirtiendo en una bomba a punto de estallar: “Es que en un hospital, que hay un espacio limitado con muchos enfermos, normalmente no dejan que haya más de dos personas”. Esa fue la gota que colmó el vaso, viendo cómo la paciencia de Belén Esteban se derramaba por el plató de ‘Ni que fuéramos Shhh’: “Te lo juro que me pones de una mala hostia. Mejor no sepas Víctor de verdad, que no hagas más preguntas”, le silenció al fin, aunque seguramente después, entre bambalinas, ya en privado, seguro que acudió a ella de nuevo para conocer la intrahistoria de lo que no ha podido conocer en directo ante el público.
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