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Santander Multinationals: un impulso para las empresas en su expansión internacional
Con esta división, la entidad financiera respalda a más de 18.000 empresas en 14 mercados clave

Según el último Observatorio de Competitividad Empresarial sobre la Internacionalización, elaborado por la Cámara de Comercio de España, las exportaciones representan ya un 42% del Producto Interior Bruto nacional. Este dato refleja no solo la importancia cuantitativa del comercio exterior en la economía española, sino también una transformación cualitativa: el 77,6% de las empresas exportadoras lo hacen de forma regular. Es decir, la internacionalización ha dejado de ser una opción marginal para convertirse en un eje estratégico para miles de compañías.
Y es que, tal y como apunta Raúl Mínguez, director del Servicio de Estudios de la Cámara de España, esta tendencia “no solo contribuye a diversificar mercados y reducir la dependencia de la demanda interna, sino que también incrementa la competitividad de las empresas en términos de innovación, eficiencia y resiliencia”. El crecimiento del tamaño empresarial, la mejora de la rentabilidad y la capacidad para mantenerse en pie durante posibles crisis económicas son las ventajas más visibles que corroboran esta afirmación.
No obstante, este impulso no está exento de riesgos. Actualmente, las empresas que operan en el exterior se enfrentan a tensiones comerciales entre bloques geopolíticos, reconfiguración de las cadenas de suministro por motivos medioambientales, sociales o tecnológicos, o a un aumento en la complejidad normativa y fiscal que varía de un país a otro. La incertidumbre macroeconómica, los cambios en los marcos regulatorios y los requisitos de cumplimiento local suponen desafíos adicionales que pueden frenar o ralentizar los procesos de internacionalización.
En este escenario, contar con un socio financiero que comprenda la dimensión internacional del negocio y actúe como puente entre mercados es un factor diferencial. Banco Santander, con presencia directa en Europa y América y una clara apuesta por la digitalización de sus servicios, ofrece una propuesta de valor única para empresas en proceso de expansión. Desde su fundación en 1857, la entidad ha estado vinculada al comercio internacional. A día de hoy, continúa con su apuesta por facilitar tanto la salida de empresas nacionales como la entrada de inversiones extranjeras.
Un modelo global con soluciones locales
Santander Multinationals es una división diseñada para facilitar, agilizar y proteger los procesos de expansión internacional de sus clientes corporativos. Este modelo, que encarna la filosofía One Santander, combina un enfoque global con una ejecución local precisa, apoyada en la integración digital del grupo. Su objetivo es claro: acompañar a las empresas en cada etapa de su internacionalización, desde las pymes que dan sus primeros pasos hasta las grandes corporaciones que construyen fábricas con miles de empleados en el extranjero.
Entre los servicios que ofrece, destacan el onboarding personalizado, con gestores dedicados que guían a las empresas en sus primeros pasos en el mercado internacional; el acceso a Cash Nexus, la plataforma de gestión de tesorería multipaís que permite el control centralizado de flujos financieros; y las soluciones en divisa y cobertura de riesgo, clave en entornos donde la volatilidad de los tipos de cambio puede poner en jaque la rentabilidad. Además, Santander Multinationals trasciende a sus propios productos bancarios para brindar asesoramiento especializado a los directivos que trasladan sus vidas y equipos a otros países, ayuda a comprender los marcos regulatorios locales y permite escalar modelos exitosos de un mercado a otro, gracias a la coordinación entre oficinas internacionales.
Los servicios de Santander Multinationals se vuelven todavía más necesarios en un mercado económico internacional tan convulso como el que estamos viviendo en estos últimos meses. Mucho antes de que EE. UU. anunciara nuevos aranceles a la importación, el mundo ya se estaba preparando discretamente para un nuevo orden en el comercio global, proceso que se ha acelerado de manera exponencial teniendo en cuenta la magnitud de las medidas anunciadas por el presidente Trump.
Más de 18.000 empresas ya confían en este modelo
Santander Multinationals opera en 14 mercados estratégicos en los que la entidad tiene presencia en banca comercial: Alemania, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, España, Estados Unidos, México, Perú, Polonia, Portugal, Reino Unido, Uruguay, y también China, a través de un acuerdo con Bank of Shanghai. Además, cuenta con oficinas de representación y bancos corresponsales en otros países de Asia, Oriente Medio y África.
Multinationals ya da servicio a más de 18.000 empresas clientes de banca comercial, desde grandes compañías que buscan construir fábricas en el extranjero con miles de empleados, hasta pymes que están dando sus primeros pasos hacia la internacionalización. De esta manera, el banco pone a disposición de estas compañías servicios que antes solo estaban a disposición de las grandes firmas que operan con la banca de inversión.
Otro de los puntos fuertes es la escalabilidad del servicio: mientras que una compañía grande puede necesitar apoyo para la construcción de una planta industrial en el extranjero, es posible que una pyme que está comenzando a exportar requiera de herramientas de financiación adecuadas a sus circunstancias o información acerca de las normativas aduaneras. Santander Multinationals es lo suficientemente flexible como para adaptarse al tamaño, sector y grado de madurez internacional de cada cliente.

Pymes: la próxima oleada internacional
Y es que, aunque a menudo asociemos el término internacionalización a grandes grupos empresariales, cada vez son más las pequeñas y medianas empresas que se atreven a conquistar mercados fuera de sus fronteras. Según el responsable global de Santander Multinationals, Yann Louvrier, la próxima oleada “no se limitará a grandes corporaciones”, algo que resulta especialmente relevante en nuestro país, donde las pymes componen un 99,8% del tejido empresarial. Gracias a este conjunto de herramientas, todas las compañías, independientemente de su estructura y tamaño, pueden plantearse la expansión internacional si saben establecer una ventaja competitiva en lo que se refiere a innovación, calidad del producto y/o eficiencia de los procesos. Quienes lo logran, según Louvrier, no dan marcha atrás.
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