«Miembra» frustrada

No ha podido ser. Bibiana Aído ha visto cómo su hallazgo más genial (que pensaba legar cual «Catón» a la posteridad, el neologismo «miembra») ha sido desestimado por la RAE en la nueva «Ortografía» y, además, se investigan algunas ¿irregularidades? (por qué lo llamarán amor cuando en realidad es sexo, o sea, «ilegalidades») durante su muy recordada etapa ministerial. Los insensibles académicos han esperado a que se ganara el prefijo (ex ministra) para acabar también con el otro hallazgo estilístico tan del gusto de los sindicalistas (y «sindicalistos», sobre todo estos últimos, por lo de «listos») políticamente correctos: los dobletes «los trabajadores y las trabajadoras», «los compañeros y las compañeras» y «los liberados y las liberadas». Como ahora perderán menos tiempo en decir sandeces en los discursos, lo mismo se ponen a trabajar como sus homólogos alemanes, que viven de las cuotas de sus afiliados. A cambio, el Gobierno va a acabar con el despilfarro económico persiguiendo a los parados que, además de cobrar el subsidio, hacen alguna chapucilla para enriquecerse.

Porque de apuros, lo que se dice apuros económicos, sabe un rato don José Blanco (dizque Pepiño, otrora): de concejal de la oposición en su pueblo, hasta ministro con un magro patrimonio que solo le da para que sus hijos estudien en el colegio público «British» de Somosaguas, ha pasado un auténtico calvario económico. Por eso estudió Derecho, para mejorar. Ya va siendo hora de que el Gobierno meta en cintura a los parados, porque son los responsables (con su economía sumergida) del fondo de reptiles de la Junta de Andalucía, esos cuyo responsable, según LA RAZÓN, ha declarado «que no leía lo que firmaba». ¡Manda huevos!