Comunidad de Madrid

Armas al alcance de cualquiera

Ser mayor de edad es el único requisito para comprar una pistola de fogueo. Sus compradores no quedan registrados ni deben pasar ningún psicotécnico

Sobre estas líneas, el aspecto de una pistola de fogueo modificada, también llamada «chilena».
Sobre estas líneas, el aspecto de una pistola de fogueo modificada, también llamada «chilena».larazon

MADRID- No se sabe si Iván Berral, «El asesino de la iglesia», tenía licencia de armas, pero tuvo acceso a una pistola de fogueo con la que, tras ser modificada, cometió el crimen. A pesar de sus antecedentes penales pudo hacerse con una de ellas. Y no es de extrañar. Las armas de fogueo son de séptima categoría, es decir, se venden libremente a todo el que sea mayor de 18 años. Además, no es necesario ser un experto en pistolas para poder manejarlas porque son fáciles de usar. No hacen falta ni permisos ni pasar un reconocimiento médico. Nada. Ni siquiera el comprador tiene por qué quedar registrado en una base de datos, ya que, aunque el reglamento de armas dice que existe un libro de registro, en realidad no lo hay. El único sistema de control que hay es el que siguen algunas armerías, que rellenan una ficha con el nombre del comprador y el número de la pistola que se lleva, pero es algo voluntario.
Aunque adquirir un arma pueda parecer algo fuera de lo normal, lo cierto es que este tipo de tiendas no paran de recibir clientes a lo largo de todo el día, muchos de ellos interesados en comprar pistolas de fogueo pero, ¿para qué las quieren?

Estas armas sólo están autorizadas para tenencia en domicilio, no se pueden sacar a la calle. Si alguien es descubierto con una de ellas, se le retirará y tendrá que pagar una multa de hasta 600 euros. Algunos las usan para entrenar a perros cazadores y acostumbrarles al sonido de las escopetas con el fin de que no se asusten; otros, simplemente, las adquieren para coleccionarlas. «Son un "sinsentido"», explica Alfonso, propietario de una armería. Su precio oscila entre los 100 y los 300 euros dependiendo de la marca, por lo que sus compradores «suelen ser de mediana edad con un poder adquisitivo medio- alto», ya que «es muy raro» que un chaval de 18 años se pueda gastar ese dinero en un arma. Sin embargo, una pistola de fuego no cuesta menos de 700 euros y para adquirirla es necesaria una licencia. Se registra el nombre del comprador y la pistola, por lo que su venta está controlada.

Diferencias letales
A simple vista, un arma de fogueo y una de fuego son prácticamente iguales, tanto que sólo los expertos podrían saber si se les está apuntando con una pistola de una clase o de otra. Pero en su interior sus diferencias son evidentes. La munición que se emplea en las de fogueo no tiene proyectil, es decir, al apretar el gatillo se produce una llamarada cuyo efecto no es mortal, aunque puede causar quemaduras. Esto cambia si se modifica el cañón de la pistola y se introduce otro tipo de bala, algo muy difícil y «para lo que es necesario una maquinaria específica», explica Alfonso. «Al estar hechas de hierro dulce y no de acero, como las de fuego, cuando se modifican se calientan y explotan». Por eso, los fabricantes cada vez las hacen más complicadas y casi de una pieza, «para que no se puedan transformar», porque no les interesa que su marca tenga mala fama.


El dato
5.136 sanciones

En 2010 se tramitaron 5.136 sanciones en la Comunidad de Madrid por al artículo 23 de la Ley Orgánica 1/1992 sobre Protección de la Seguridad Ciudadana. El apartado A del artículo dice que constituyen infracciones graves «la tenencia o utilización de armas prohibidas o, de armas reglamentarias careciendo de la autorización necesaria o de los límites permitidos». El número de sanciones supone un aumento en relación al año anterior. Y es que en 2009 se tramitaron 4.029 sanciones por esta infracción administrativa, un descenso con respecto a 2008, cuando se tramitaron 5.224, según datos proporcionados por el Ministerio del Interior.


SIN APENAS DIFERENCIAS
Diferencias entre una pistola de fuego y una de fogueo. Por fuera son iguales, pero la de fuego se puede desmontar prácticamente en su totalidad, su cañón es móvil y la munición está compuesta por casquillo, pistón, pólvora y proyectil. Precisamente de esto último carecen las balas que se usan en las armas de fogueo. Estas pistolas son de cañón fijo y no se pueden desmontar para evitar su modificación.