Sevilla

La hora del cambio por Toni Bolaño

La Razón
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Rajoy elude siempre pronunciar la palabra rescate pero no pasa un día sin que el rescate no esté en el debate político. Artur Mas no ha pronunciado nunca la palabra independencia pero no hay tertulia que se precie que no debata sobre la secesión de Cataluña. En el PSOE, nadie pronuncia el nombre de Chacón pero no hay militante que no se pregunte qué hubiera pasado si en el congreso de Sevilla las fuerzas «vivas» no hubieran impedido la necesaria catarsis de un proyecto que necesitaba con urgencia renovación, ilusión y regeneración. Con Chacón, las cosas no hubieran ido peor. Es casi imposible. A Rubalcaba le han bastado ocho meses para llevar al suicidio al partido socialista.

El electorado ha dado la espalda al PSOE desde que Zapatero renunció en mayo del 2010 a las políticas de izquierdas y se afanó en cumplir las exigencias de la UE «costase lo que costase». Fue el principio de una sangría de votos que no para. Básicamente porque no se reaccionó. La vieja guardia se afanó en evitar cualquier cambio y un mínimo atisbo de autocrítica era considerado como un sacrilegio. José María Barreda, hace dos años en La Solana, era entrevistado por Carlos Alsina en «La Brújula» de Onda Cero. El ex presidente manchego dijo con claridad «si no cambiamos acabaremos en el desastre». El tiempo le ha dado la razón, el PSOE está en el desastre.

Los cambios que se hicieron fueron cosméticos. Recuerdo un diario que titulaba ante el nombramiento de Rubalcaba como vicepresidente «Zapatero recurre a Rubalcaba para rescatar al PSOE». Dos años después, del rescate nada se sabe y el partido ha ido de derrota en derrota hasta la actual zozobra. En la del domingo, el responsable sigue en silencio. El espejismo de Andalucía y Asturias hizo que el PSOE se sumiera en la comodidad. Se perdieron votos y apoyos, pero se alcanzó el Gobierno porque la derecha estaba a tortas en Asturias, y Arenas, el candidato del PP, siempre es una garantía. Rubalcaba, su entorno y los que le auparon, se las prometían muy felices. No movieron un dedo. Pensaron que el tiempo corría a su favor, que Rajoy se cocería en su propio jugo. No ha sido así.

Galicia y Euskadi les han devuelto a la realidad. El PSOE ha perdido más de 350.000 votos. Los electores siguen abandonando el barco. Unos se quedan en casa, decepcionados. Otros apuestan por opciones diferentes. Unos y otros no se creen el proyecto de Rubalcaba. No hay discurso en lo económico y tampoco se ha afrontado con rigor el debate nacional. En éste, todo han sido prejuicios, lo que no ayudará a un PSC en Cataluña lastrado por la caída libre del PSOE.

El nombre de Chacón ni se menta en el PSOE pero está presente. Fue la única que se atrevió a poner en tela de juicio verdades eternas. En febrero, en Sevilla, fue su hora y no la dejaron. Ahora el drama es más profundo y las heridas son más graves. ¿Es la hora de Chacón? Lo que es seguro es que es la hora del cambio, de refundar el PSOE. Es la hora de abrir puertas y ventanas para que entre aire fresco. La hora de Rubalcaba ha pasado. Si quiere al PSOE como afirma, debe cerrar de una vez una etapa. Una etapa que es mejor olvidar.