Sevilla

Rubalcaba trata de tapar el agujero del PSOE-A y pide apoyo para Griñán

La Ejecutiva pierde otro 6% de respaldo y supera el tercio de descontentos

Rubalcaba trata de tapar el agujero del PSOE-A y pide apoyo para Griñán
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Almería- Alfredo Pérez Rubal-caba tiene un problema en la federación socialista más numerosa de España. El secretario general del PSOE-A, José Antonio Griñán, fue reelegido el sábado con casi un 30 por ciento de contestación interna, que expresó su descontento votando en blanco pese a que no había otro candidato –el porcentaje de apoyo alcanzó el 71 por ciento–. Ayer, su Ejecutiva conformada sin negociación se aprobó con un respaldo del 65 por ciento. En un día se dejó otros seis puntos de apoyo. Los críticos presentaron listas propias al Comité Director y a la Ejecutiva Federal, no así a la dirección regional, potestad reservada a la persona que ocupe la Secretaría General.

Chaves, presente en la clausura, fue recibido con aplausos nada más entrar al plenario. Los partidarios del ex presidente de la Junta seguían sin comprender en el pasillo la actitud de José Antonio Griñán. Algunos indicaban incluso que sólo con integrar a la lista de Jaén –provincia que se presentaba unida en la discrepancia, ya que en Cádiz, Sevilla, Córdoba y Málaga los críticos eran minorías– se podía salvar el Congreso.

Para taponar ese agujero, Rubalcaba se mostró especialmente afectuoso con el presidente de la Junta. Hasta dos veces le mostró ante el plenario su apoyo. «Voy a estar a tu lado, Pepe», le dijo. Durante su intervención en la clausura del XII Congreso del PSOE de Andalucía aseguró que la victoria en las pasadas autonómicas fue «una proeza» y pidió unión «porque gobernar es muy difícil». «Quiero felicitar a Griñán por su éxito en este Congreso, por su excelente resultado electoral contra todo el PP, contra las encuestas y contra la tristeza que invadía el PSOE», dijo.

El secretario general del PSOE no quiere que el Gobierno más importante que les queda a los socialistas en España se diluya por las tensiones internas del partido. De hecho, comparó al presidente del Ejecutivo andaluz con el presidente del Gobierno de Francia François Hollande. El primero tiene que liderar las alternativas socialistas frente a Rajoy; el segundo, frente a las políticas de la Unión Europea dictadas por Merkel.

Con el aval de Rubalcaba, el discurso de Griñán fue menos agresivo que en los días anteriores. «Este Congreso ha llegado a su fin, pero es el comienzo de una nueva esperanza. Os quiero dar las gracias a todos, por el apoyo, por el respaldo y por las críticas. Gracias a los que han sabido dar un paso atrás», apuntó. Tuvo un mensaje para los que no le han apoyado: «Jamás militaría en un partido en el que no se tolera la discrepancia», señaló. Aunque dejó claro quiénes están con él. «Y como soy persona y tengo sentimientos, dejadme que diga: Gracias Susana», en referencia a la consejera de Presidencia e Igualdad que ha dejado su puesto como «número dos» de la Ejecutiva del PSOE-A. En ese clima de complicidad con Rubalcaba, Griñán le exigió que no apoye a comunidades autónomas que buscan privilegios a costa de Andalucía, cuando desde Cataluña –con la postura inconcreta de los socialistas catalanes– se exige un pacto fiscal que desequilibraría la financiación autonómica. Para la oposición interna, un último mensaje: «Hemos resuelto con unanimidad en algunos casos y en otros con mayoría», sentenció. Está claro quién ha ganado. Al menos de momento.