El Cairo

Obama: «La paz con Israel exige la vuelta a las fronteras de 1967»

Un «Plan Marshall» para apoyar el camino a la democracia en Oriente Medio

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EL CAIRO- Cinco meses después de que Mohamed Bouazizi se quemara a lo bonzo en Túnez dando comienzo a las revoluciones en el mundo árabe, el presidente estadounidense, Barack Obama, ofreció ayer un discurso para fijar la postura de EE UU respecto a los cambios que se han dado en Oriente Medio y el papel que Washington pretende desempeñar, que parece que será, por el momento, más de respaldo económico que político. Obama ha prometido mecanismos internacionales para modernizar y activar la economía de la región, de gran potencial y no sólo energético, y ha anunciado que perdonará 1.000 millones de dólares de deuda a Egipto y le facilitará otros 1.000 millones en préstamos para estabilizar su economía, importantísima en la región y a la que EE UU siempre ha contribuido enormemente.
Pero, si bien Obama no centró ayer su discurso en el conflicto árabe-isarelí, a diferencia del que pronunció en junio de 2009 en El Cairo, quiso dejar claro que la política de su Administración no ha variado en este sentido: EE UU sigue defendiendo la creación de dos Estados, que convivan en paz y seguridad, y basados en las fronteras de 1967, que Israel rechazó anoche rápidamente, por boca de su primer ministro, Benjamin Netanyahu.
El presidente estadounidense admitió que la solución no será fácil, como ha demostrado su reciente fracaso en el impulso de unas negociaciones que están en punto muerto, y que se complica con el regreso al plano político palestino del movimiento terrorista de Hamas que, también, se apresuró a rechazar su discurso. Algo previsible, porque Obama ha reiterado una vez más el compromiso y apoyo de Washington a su gran aliado en Oriente Medio, Israel, y ha advertido a los palestinos que no intenten declarar un Estado independiente de forma unilateral, tal y como éstos planean hacer el próximo mes de septiembre en la asamblea general de Naciones Unidas. Aun así, ha reiterado su mensaje de que es preciso un cambio de actitudes en los dos adversarios.
Obama quiso, además, ofrecer explicaciones a las críticas dirigidas al supuesto doble rasero que EE UU estaría aplicando en las revoluciones árabes. Por ello, dio su apoyo a todos los pueblos de la región y dejó claro que éstos tienen que ser los que elijan su futuro, así como a sus presidentes. Obama hizo una breve referencia a sus aliados en la Península Arábiga: a Bahréin (base de la V Flota del Ejército estadounidense) le pidió que abra un diálogo con la oposición, y a Yemen (fundamental en la lucha contra Al Qaida) que emprenda la transición.
Y terminó con uno de sus habituales cantos a la esperanza: «Tras décadas de aceptar el mundo como era, ahora podemos perseguir nuestro propio futuro».


Advertencias
1.- Siria
«El presidente Asad tiene que tomar una decisión: o lidera la transición y permite las protestas o se quita de en medio».
2.- Irán
«Bahréin es un viejo aliado y estamos comprometidos con su seguridad . Irán ha intentado aprovecharse del conflicto».
3.- Libia
«Hemos impedido que Gadafi masacrara a su pueblo. Pero Irak nos recuerda que es difícil imponer un nuevo régimen por la fuerza».