Libros

India

El emperador del exceso

Javier Moro se acerca al Trópico en este viaje al centro de la vida de Pedro I de Brasil, una novela tan documentada como exhaustiva con la que acaba de obtener el Premio Planeta«El imperio eres tú»Javier Moro.Planeta. 543 páginas. 24,90 euros.

Gran viajero Javier Moro convierte el reporterismo clásico en novela
Gran viajero Javier Moro convierte el reporterismo clásico en novelalarazon

Javier Moro siempre tiene una pretensión: que sus libros sean algo más que puro entretenimiento. No porque aspire a cambiar el mundo, sino porque necesita, vitalmente, no perder de vista cosas vergonzantes como la pobreza asiática, pasiones olvidadas como la de Anita Delgado o asesinatos como el del cauchero Chico Mendes... Y ahora le toca el turno a la historia fundacional de un país, a través de la corta existencia de su primer emperador: Pedro I Brasil y IV de Portugal. Un Braganza y Borbón, educado por nanas españolas y nieto de Carlos IV, a quien su padre dijo un día: «Puedes amar como un hombre, pero te tienes que casar como un príncipe, porque el imperio eres tú... Y lo serás algún día». Al igual que en otra ocasiones, le ha supuesto años de investigación, desplazamientos continuos, centenares de títulos consultados (que alberga el índice bibliográfico) y muchos megas de espacio para correcciones y revisiones en su ordenador.

En la exuberante belleza del trópico –que conoció durante los dos años que tardó en recabar información para escribir sus «Senderos de libertad»–, se instala Moro, para contarnos una historia marcadamente shakesperiana, en la que se rozan todos los temas medulares de la condición humana: el poder, la traición, la venganza, el amor, la guerra... Con el marco establecido, el libro da vida a un hombre que únicamente vivió 36 años y al que le dio tiempo de enrolarse en una guerra civil tras la traición de su hermano, que desembocaría en la independencia brasileña de Portugal. En medio: tuvo 120 hijos bastardos, decenas de amantes, se metió en mil peleas, adoró a los caballos y fue un buen soldado.... Un liberal entre los absolutistas, un promiscuo entre los monógamos, un hiperactivo y un bipolar que ora era Jekyll para luego convertirse en Hyde. Una desaforada, excesiva y auto indulgente personalidad con el único empeño de beberse la vida a grandes sorbos y en copa de balón para terminar siendo más grande que la propia grandeza. En definitiva: carne de una leyenda que marcó la historia de dos continentes y que sólo podía dar vida una pluma como la de Javier Moro, harto ya de que le encasillasen como el cronista de India.

El ganador del último premio Planeta es un escritor de raza con pensamientos de techo alto, vivencias límite y atracción por lo desconocido que ha configurado su buen hacer literario a golpe de viajes, lecturas y hambre de contar. Rechazó desde muy temprano el aislamiento que supone escribir ficción y buscó en el amparo de la crónica de los hechos la fórmula para visitar y ficcionar la realidad de nuestro pasado, sumergiéndose en historias que le convirtieran en el primer testigo deslumbrado.

Cronista de proezas
Desde aquella lejana incursión en Kenia, cuando tenía sólo siete años, no ha dejado de visitar mundo con una única finalidad: espiar detrás de las puertas para traducir en libros los susurros de la vida. Porque es cronista de proezas y reivindicador de la cara oculta del ser humano. Un lema que repetía su tío Dominique Lapierre preside su vida: «La adversidad es grande, pero el hombre es aún mayor que la adversidad» y, tal vez por esa íntima convicción, intuye que el sendero que conduce hacia la libertad interior puede situarse entre la fe y una cierta entrega hacia los demás, que él acomete a través de sus páginas.

Su método de trabajo es el de convertir el noble arte del reporterismo clásico en lo que antes era su destino secundario: una novela. Como hiciera en los tiempos de investigador para los best seller de Lapierre y Larri Collins, regresa al lugar de los hechos, se pasea entre las gentes, acude a los mercados, se impregna de olores... Al tiempo que consume toda la bibliografía existente y se entrevista con quien sea menester. Así, todos sus libros resultan una coctelera estilística entre la precisión de Kapuscinski, la deliciosa prosa de Melville, el enfrentamiento con bestias incognoscibles de London y algunas dosis polares de Edgard Allan Poe. El tiempo y la sucesión de novelas ha ido embridando su prosa, hasta convertirla en soberbia y eficaz.

Quizá porque no se permite que nada le sea ajeno y porque el novelista acaso sólo sea el único facultado para contar cabalmente aquello que no pueden ni los historiadores ni los cronistas ni los testigos ni los memorialistas, Javier Moro –haciendo buena la máxima de Octavio Paz de que no hay nada fuera de la mente... ni del pasado– ha abordado la historia de este fugaz emperador que supo redimir su corto tiempo del anonimato histórico.


Sobre el autor
Moro fue en su juventud investigador para los libros de Larry Collins y Dominique Lapierre. También se embarcó en la coproducción y guión de «Valentina» y «Crónica del Alba», de Ramón J. Sender. Ha colaborado con Ridley Scott
Ideal para...
sumergirse en un país exuberante, un hombre de leyenda y una historia olvidada a través de una manera de contar que el novelista domina muy bien
Un defecto
Tal vez (y sólo tal vez) el exceso de información que maneja al servicio de la historia, que en algunas ocasiones puede hacer que los árboles no nos dejen ver el bosque
Una virtud
Lo más complejo en una «novela histórica» es conceder credibilidad a las situaciones y diálogos, que Moro cumple sobradamente. Sumergirse en estas páginas es comprender los antecedentes de la historia de Brasil, aunque el país suramericano pueda no estar totalmente de acuerdo
Puntuación 9