India

Los inolvidables de César VIDAL: «El hombre que pudo reinar»

La Razón
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Descubrí la novela de Kipling una hermosa tarde de domingo acompañado de una chica de la que estaba enamorado a la sazón y que accedió, acompañada por sus padres, a acompañarme al estreno de la versión cinematográfica. He sabido después que John Huston se pasó años intentando juntar un reparto y que pensó, primero, en Humphrey Bogart y Clark Gable, luego en Robert Redford y Paul Newman y, finalmente, por consejo de Newman, en Sean Connery y Michael Caine.
Seguramente para muchos, estos dos últimos serán siempre Dravot y Carneham, los dos intrépidos soldados ingleses que se juramentan para no probar una gota de alcohol y no tocar a una sola mujer hasta que consigan convertirse en reyes de Kafiristán. Sin embargo, Kipling pensó en personajes algo diferentes. Así, proporcionó a Dravot unas inmensas cejas negras y a Carneham una barba roja que le llenaba totalmente el rostro y no quiso adornar su desvergüenza con una grandeza que el cine otorgó a los dos aventureros. Al parecer, tenía en mente a personajes como el Leopardo de Sarawak –al que yo dedicaría años después un capítulo de mi libro «Los exploradores de la reina y otros aventureros victorianos»– lo suficientemente exentos de escrúpulos como para lanzarse a conquistar el mundo y lo bastante audaces como para conseguirlo.
El resultado fue una de las mejores novelas de aventuras de todos los tiempos, una novela que muestra hasta qué punto son limitadas nuestras posibilidades de éxito y, pudiendo aspirar a ser reyes, nos quedamos en mendigos. Debo haberla releído más de una docena de veces. La primera vez lo hice en francés porque no encontré ni traducción española ni el texto original. Luego se han ido sumando las más diversas ediciones que guardo con arrobo y que van desde una adornada con la esvástica aria procedente de la India y a la que sentenció Hitler al oprobio. Nunca me aburre y, con el paso de los años, no he abandonado la esperanza de que alguna vez Dravot y Carneham se salgan con la suya.