Historia

Asturias

«Los inquisidores siguen existiendo»

Ordena y manda. A sus 79 años Gonzalo Anes (Trielles, Asturias), director de la Real Academia de la Historia (RAH) desde 1998 está enhiesto como un junco. Nos recibe con un fuerte apretón de manos. Posa junto a los primeros veinticinco tomos del «Diccionario Bibliográfico Español» mientras hojea uno de ellos.

Entre sus libros. Anes, ayer, en su despacho, hojea la entrada de Enrique Eymar Fernández
Entre sus libros. Anes, ayer, en su despacho, hojea la entrada de Enrique Eymar Fernándezlarazon

Su despacho tiene el tamaño justo. Le guardan la espalda óleos de Menéndez Pelayo y Cánovas, éste firmado por Casado del Alisal, mientras que de frente se topa la vista con Alfonso XII y su hijo. Atiende hasta tres llamadas, sale y entra varias veces y, por fin, se sienta en un sofá encarnado.

-Un ritmo frenético el que se vive en esta casa desde hace ocho días.
-Ya lo está viendo. El teléfono no deja de sonar. Espero volver a la tranquilidad en poco tiempo, aunque no sé cuándo va a parar esto.

-¿Qué opina de la manifestación a las puertas de la Academia?
-Qué quiere que le diga. Escriben que eran más de 2.000 y, contados, a mi me dicen que unos 75. Lo que me maravilla es que nunca en los 300 años de historia de esta casa, que se dice pronto, ha habido una concentración, y tiene que ser ahora, cuando publicamos nuestra obra magna, el momento elegido para llegar hasta la puerta enarbolando banderas republicanas y profiriendo gritos contra quienes trabajamos aquí. Creí ingenuamente que ciertos odios estaban ya superados.

-Imagino que ni en sus peores pesadillas soñó que el «Diccionario Bibliográfico Español» pudiera organizar tal revuelo.
-Jamás se me ocurrió que pudiera haber una reacción de esta naturaleza. Sería impensable en cualquier otro país de Europa que con una obra de estas características, en vez de sentir orgullo por ella se eche por tierra el trabajo y el esfuerzo de tantos años. Lo triste es darse cuenta de que en España, a pesar de que ha pasado el tiempo, muchas cosas no han cambiado.

-Se la ha definido a la RAH como una «caverna» y llamado a sus miembros fascistas; se planean y plantean querellas por apología del franquismo, e incluso se ha pedido, no sólo la retirada de los primeros 25 tomos, sino su quema pública. ¿Qué le entristece más?
-Me molesta dedicar una parte de mi tiempo a estos asuntos cuando tengo tantas cosas por hacer aún. Siguen existiendo hoy inquisidores que claman porque se haga una pira en plena calle y se arrojen los tomos para que sean pasto de las llamas y no se valore el esfuerzo de tantísimos profesionales que han trabajado en esta obra. Es una lástima. Cuesta creer que aún haya gente con actitudes tan radicales y tanta falta de capacidad y comprensión. Qué retroceso el que estamos viviendo.

-¿Eligieron los autores de las biografías las que quisieron reseñar?
-Las varias comisiones que existen escogieron a los biografiados y quienes iban a ser sus autores; otros se ofrecieron a la Academia y con arreglo a estos criterios se organizó. Fuimos recibiendo las biografía, se leyeron y se procuró que cumplieran los requisitos tipográficos establecidos. No hubo ni habrá nunca en esta casa un censor. Se ha trabajado con una absoluta libertad y desde la pluralidad de planteamientos y de ideologías. La RAH no ha entrado en el contenido de ninguna de ellas.

-¿Ha recibido el respaldo de académicos de otras instituciones como la RAE o Bellas Artes?
-Los apoyos han sido y son constantes, así como la preocupación por cómo me siento. Yo siempre respondo lo mismo: que estoy tranquilísimo porque he cumplido con mi deber que era sacar adelante una obra sólo equiparable al Diccionario de Oxford.

-Como director de la RAH se le hace responsable de lo sucedido y se ha pedido que deje su puesto.
-No tengo el menor pensamiento de dimitir y mis compañeros me respaldan totalmente.

-Se ha tildado de «tóxica» la obra.
-Que le pregunten a cada uno de los autores. Una creación de esta envergadura no puede contentar a todos pero la selección, lo repito, se ha realizado en función de los conocimientos de cada profesional. Yo no acometí esta tarea con la pretentensión de ensalzar ni condenar a nadie. Mi única pretensión es que en estuvieran los más capacitados.

-¿Es la Real Academia de la Historia una institución anquilosada?
-¿Por qué? Se han dicho estos días tal cantidad de inexactitudes..., que si está llena de cargos perpetuos, por ejemplo. Los ha habido en la RAE y en Bellas Artes, que solían ser los de bibliotecario, secretario y anticuario, en esta casa. Nosotros reformamos los estatutos y se han suprimido determinados órganos perpetuos, aunque hemos respetados los derechos adquiridos y de los tres que le he citado así lo hemos hecho.

-¿Cuándo estarán listos los 25 tomos restantes?
-Dentro de un añotendremos la obra completa. Si se registran inexactitudes o fechas en las que estemos en desacuerdo se señalará cuando se corrijan las pruebas de imprenta y los ferros aquí.

-¿Es víctima de un linchamiento?
-Si así lo fuera sería por una minoría insignificante.

-Es imperturbable, señor Anes.
- No hay nada que me descomponga el gesto, debe ser de familia.

Una Comisión para futuras modificaciones
El cardenal Cañizares, Carlos Seco Serrano, Miguel Ángel Ladero Quesada, Eloy Benito Ruano, Carmen Iglesias, Luis Alberto de Cuenca, Martín Almagro, Francisco Rodríguez Adrados, Josefina Gómez Mendoza y Miguel Artola, entre otros, asistieron ayer a la comisión como miembros de la Junta de Académicos de Número que debía ratificar el comunicado emitido el jueves por la institución, una propuesta sobre la posibilidad de «añadir permanentemente nuevas entradas e información nueva» a través de la edición digital. El pleno de la Junta decidió ayer, tras una reunión que se prolongó durante más de una hora, la creación de una Comisión permanente «con objeto de fijar los procedimientos de mejora y revisión según proceda» en el futuro.

«Como toda obra histórica, el Diccionario Biográfico Español está abierto a la crítica, a su consideración rigurosa y a los enriquecimientos y cambios que procedan», se afirma en el comunicado aprobado por los académicos.A pesar de la polémica –o quizá precisamente por ella– sobre algunas entradas del «Diccionario Biográfico Español», la Real Academia de la Historia tiene «casi vendida» la primera edición de esta obra, de la que se ha puesto a la venta la mitad de los 50 tomos que tendrá en total.Se han recibido «peticiones de compra de particulares y de alguna institución privada que ha encargado un buen número de ejemplares», informa Efe. Hasta el momento ningún organismo oficial ha manifestado su deseo de adquirir esta obra, cuyo precio global es de 3.500 euros.

El personaje. La trayectoria de Luis Suárez
Nacido en Gijón hace 87 años, la polémica sobre el «Diccionario Biográfico Español» ha puesto en el centro de la actualidad a Luis Suárez. La biografía que ha escrito sobre Francisco Franco (es uno de los escasos estudiosos que tiene acceso a los archivos de su fundación) ha sido objeto de duras críticas y dejado a un lado el gran curriculum de este historiador. Académico de la Real Academia de la Historia desde 1994, ha sido Catedrático de las Universidades de Valladolid y la Autónoma de Madrid y autor de más de una veintena de libros. En la actualidad es profesor emérito de Historia Medieval. Entre sus galardones destacan el Nacional de Historia (2001); posee la Gran Cruz de Isabel la Católica, la Gran Cruz del Mérito Civil y la Encomienda de la Orden de Don Enrique o Navigante.