Sevilla

Zoido y el tiempo de las prioridades

El alcalde inicia el mandato con «la obsesión de crear empleo» y la exigencia de abordar las necesidades sociales de los barrios con las arcas municipales en números rojos 

Zoido y el tiempo de las prioridades
Zoido y el tiempo de las prioridadeslarazon

A Zoido le avala el mayor respaldo social de la democracia, con 20 de los 33 ediles del Ayuntamiento. El líder del PP se ha comprometido a no pasar el «rodillo». Las arcas se las encuentra no ya con telarañas, sino en números rojos.

Es el tiempo de la gestión. De priorizar promesas, con la espada de Damocles de la decepción como contrapunto, quizás, mayor que Espadas en la oposición. «Nos os defraudaré», no ha parado de repetir el alcalde. Cuanto más altas son las expectativas más complicado es el éxito. Los primeros días tras el 22-M cogieron, en parte, al PP con el paso cambiado. Que las primeras medidas que trascendieran –aunque fueran en orden cronológico y no de prioridades–, con la que está cayendo, fueran el cambio de nombre de una calle y del mobiliario del centro era servir la crítica en bandeja. Los ecos rebasaron las fronteras locales.

En Twitter, territorio abonado a la guasa, pedanía hispalense, hasta se creó una etiqueta de «#Zoidofacts», del corte: «Aprobaré un decreto para que todas las patillas tengan un mínimo de centímetros». Zoido, ante el amargo don de la promesa. Ya no vale con señalar la papelera rota, ahora hay que arreglarla. Ya no tiene que denunciar problemas, tiene que resolverlos. Y no es lo mismo despejar la «x» en la ecuación que resolverla.

La principal «obsesión» de Zoido es «crear empleo». O, más bien, dado que las competencias no son municipales, «crear el clima» para la creación de puestos de trabajo. Las necesidades de los barrios y el citado déficit municipal son los otros caballos de batalla a los que se enfrenta el regidor. Participación y eficacia son sus mantras. Todo ello, tras una auditoría para desvelar el estado de las cuentas, si la «roncha» son los 633 millones registrados o más.

Zoido se encuentra los dos pasos soterrados en obras y sin abrir –y con este mes como límite para que se acojan al Proteja– y los aparcamientos varados. Abrirá «todos los posibles», esto es, los de suelo público. Eliminará el blindaje del centro, pero nada se sabe del reintegro de las tasas que pagaron los vecinos. El alcalde revisará el sentido único de Luis Montoto. El tranvía no irá más allá de San Bernardo, bajo su mandato. La pugna con la Junta por su proyecto de metro ya arrancó.

Inspeccionará la licencia de la Torre Pelli y de la antigua fábrica de Altadis, el edificio de la Gavidia, el mercado de la Puerta de la Carne y la Fábrica de Artillería. Abordará la revisión del PGOU para facilitar el proyecto de Tablada –¿Un parque con otros servicios y pisos?– y la construcción. No se esperan grandes proyectos. Ni es su estilo ni hay dinero.

Ya ha reducido el número de delegaciones y, a ello, sigue la disminución de cargos. La eliminación de empresas municipales del corte de «DeSevilla» parece inminente, así como un plan de saneamiento en Tussam y otras entidades deficitarias, sin, como prometió, privatizar servicios. Lo que Torrijos llama «la cuadratura del círculo». En Giralda TV, según sus cuentas, el presupuesto no debe superar mucho el millón. Ahora necesita casi ocho para evitar el cierre. No habrá radio. En Seguridad, el programa de Zoido recoge una ampliación de la plantilla y una reducción de las horas extras.

Los agentes solicitan una reestructuración de la escala técnica. Zoido también prevé un cambio en Emvisesa, encargándose de la rehabilitación de los barrios. Hasta otoño no podrá «meter mano» al presupuesto. Hasta 2012, al menos, los impuestos seguirán igual. Entretanto, a la espera de los cien día de cortesía de rigor en el mandato, Espadas anuncia una oposición constructiva, en la calle, pero «sin inventario de desperfectos, que ya está hecho». Torrijos, por lo visto en la investidura, es más, parafraseando otra frase de Twitter, de «poner un restaurante llamado venganza y servir sólo platos fríos». De la capacidad de Juan Ignacio Zoido para gestionar las prioridades dependerá el menú.

Agradecimiento a la Virgen del Rocío y apoyo a los parados
El día siguiente a las elecciones, fue a la Macarena a dar las gracias. Un día después de tomar el bastón de mando, Zoido se acercó al Rocío para ver a la Blanca Paloma y realizar una ofrenda floral a la Hermandad de Triana. Lo dijo en la investidura, «la Biblia y la Constitución marcan mi vida». El alcalde, según recogió Efe, hizo suyo el mensaje de la Eucaristía de la misa de romeros: «Hay que aunar esfuerzos para luchar por los que lo están pasando mal, los que están en el paro».