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Derbi en la fortaleza de «Mou»

Real Madrid y Atlético miden sus fuerzas esta noche. Es una nueva cita del derbi madrileño, orgullo capitalino del vencedor hasta el próximo duelo, meses de piques en tertulias, razones para gastar bromas a los amigos de la hinchada contraria o para hacer como que no te he visto

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Pero todo eso, la emoción especial de un derbi, a Mourinho le es indiferente. A él la victoria esta noche le es primordial de forma sólo objetiva: para que el Madrid siga siendo el líder de la Liga, invicto en el Bernabéu y, como dirigente y cabeza pensante del equipo más goleador de la temporada, si es por goleada mejor, de tal forma que sus jugadores, enrolados en una espiral de positivismo, sigan conviviendo es un clima de felicidad y confianza.

El Atlético de Madrid lleva once años sin ganar en el Bernabéu, una circunstancia que Mourinho no contempla ni le conmueve, pero a buen seguro que a Quique Sánchez Flores sí. Él, como técnico, está para darle alegrías al club y a la afición y sabe que ésta es una más, uno de los retos de cada temporada, y el madrileño llevaría bien a gala ser el primer técnico desde el descenso que es capaz de ganar en el Santiago Bernabéu, de poner fin a una maldición que dura más de un decenio.

Pero es un derbi de fuerzas desiguales. El Madrid no ha cedido ni un solo punto en el Bernabéu y ha marcado 19 goles en los últimos cuatro partidos, pero la derrota le podría dejar sin liderato; el Atleti lleva dos jornadas sin ganar y de no hacerlo peligraría su puesto europeo.

Es sexto, empatado a 14 puntos con Sevilla y Mallorca. La diferencia es abismal también en sus figuras: Cristiano ha marcado 12 goles y lleva una media de dos tantos por partido en las últimas cuatro jornadas, Forlán, por renqueante, sólo lleva tres. Y mientras, Higuaín ha marcado cinco; Agüero, sólo uno.

En la parcela defensiva, el Madrid tiene más efectivos que nunca en la temporada. De los zagueros sólo queda en enfermería Garay. Sin embargo, Quique Sánchez Flores tiene que recomponer la defensa por las bajas de Perea, sancionado, y de Godín, operado de apendicitis. Y en la delantera, se sigue a la espera de que Forlán recupere la racha goleadora.

Esta noche cuenta con él, porque el uruguayo, aunque desmejorado futbolísticamente, es de los jugadores que se crecen en las grandes citas. Eso sí, afortunadamente, Quique podrá contar con Reyes, que se ha recuperado de la lesión que le obligó a retirarse el pasado domingo ante el Almería y que le impidió participar en el partido de la Europa League ante el Rosenborg. Además, De Gea arrastra una contractura, motivo por el que ayer Quique prefirió que no se entrenase y no arriesgar. Al «Kun» lo mandó a la ducha antes de acabar el entrenamiento, pues anda con molestias. Lo mima y a él se encomienda junto con Forlán.

En las filas de Mourinho todo es un remanso de paz. Pepe e Higuaín han superado las molestias con las que volvieron de Milán. No sólo tiene a su once de gala en perfectas condiciones sino que el banquillo pasa por su mejor estado de ánimo. Benzema es otro desde su resugir en Alicante, donde fue colaborador fiel en dos de los tres goles al Hércules.

También Pedro León ha recuperado la autoestima, como autor del empate en San Siro en el último minuto. El único que sigue presa de un calvario particular es Lass, que por eso no está convocado.

Pero quiera o no quiera Mourino el derbi es algo más que un partido de Liga. El Bernabéu estará lleno a rebosar, por primera vez en la temporada, pese a la crisis. Y el partido, como siempre, es considerado de alto riesgo.

Es más que un partido. Por eso, Quique les pide concentración, evitar despistes y les ha puesto más vídeos de la cuenta a sus jugadores, incluso antes del primer entrenamiento, para luego sobre el césped practicar cómo sorprender a este Real Madrid invencible, cuyo juego, competitividad y lucha es del gusto de la afición como no lo era ya hace bastante tiempo. Es el primer derbi de «Mou».